El bombo fue generoso con la tropa de Ancelotti. En un sorteo plagado de minas, al final el Madrid solo se encontrará con un grande venido a menos (Inter), una china en el zapato con el que ya estamos avisados del año pasado (Shakhtar) y la maría que todos querían antes de arrancar la cita de Estambul (Sheriff Tiraspol). El Inter, con Lukaku, ya mordió el polvo las dos veces ante el Madrid el curso pasado, por lo que sin el tanque belga serán más asequibles todavía. Y los debutantes del Sheriff tiene un punto exótico y atractivo a la vez. Un equipo nuevo, un país nuevo, una cultura futbolística diferente...

La cuestión no es si el Madrid va a pasar o no a octavos de final. Lo doy por hecho con el grupo que nos ha tocado en suerte, nunca mejor dicho. El tema es que ante el inminente fichaje de Mbappé, el Madrid rescataría la vitola de favorito que perdió la temporada pasada (pese a llegar con mucho mérito a semifinales). Con Kylian, el Madrid no tiene que envidiar nada al PSG de las megaestrellas, ni al City ¿de Cristiano?, ni al Chelsea de Lukaku y Kanté, ni al Bayern de Lewandowski. Con Mbappé, el Madrid daría varios saltos de calidad y recuperaría esa sensación de equipo de impacto en cuando suena el himno de la Champions. Mbappé soñaba con ganar una y en París no pudo. Kylian, aterrizas en el sitio adecuado...