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160 millones para la esperanza

Cuando ya anochecía llegó la bomba más esperada por el madridismo. El Chiringuito anunciaba en Twitter que el Madrid reconocía una primera oferta por Mbappé de 160 millones de euros. Un amigo que tiene una buena relación con las altas esferas del club ya me avisó a primera hora de la tarde: "Estate atento porque me dicen que las dos partes están reunidas y que el Madrid va muy en serio". Puede que ahora el emir vuelva a hacer oídos sordos y a desestimar una cantidad excepcional si analizamos que sólo le queda un año de contrato a Mbappé. Pero lo que el madridista celebra es que tanto el club como el jugador francés están haciendo todo lo razonable e imaginable para sellar una unión que acontecerá tarde o temprano.

La voluntad de Mbappé por fichar por el Madrid es tan inquebrantable que tengo la sensación de que el parisino va a conseguir igualmente su objetivo de aquí al día 31. El PSG, acostumbrado a comprar todo con el poder omnímodo de ese señor llamado Dinero, se ha topado con la personalidad de un chico que de niño tenía la pared de su habitación forrada con pósteres de Zidane y Cristiano. Kylian no es el perfil de futbolista que se mueva sólo por dinero. Si así fuese, ya habría firmado hace tiempo la renovación multimillonaria que le ha ofrecido reiteradamente Al-Khelaïfi. Pero hay cosas que en la vida no se pueden comprar con dinero, sino con sentimiento y poder de seducción. Mbappé está metido ahora en una jaula de oro en la que comparten espacio como pueden demasiados gallos. Me consta que el fichaje de Messi lo interpretó como un nuevo aviso de los dueños del PSG advirtiéndole de que sus continuas negativas por renovar serían suplidas por fichajes galácticos. Si Mbappé fuese débil de carácter, firmaría para quedarse a jugar un par de temporadas con Neymar y Messi. Pero el chaval quiere ser el emperador del nuevo Bernabéu y gritar al mundo entero que aquí va a tener la nueva casa de sus sueños. Kylian, el madridismo te espera con los brazos abiertos.