La mentalidad lo es todo

El fútbol de élite te exige lo máximo. Una gran capacidad mental para capear con la presión y con las adversidades que van apareciendo con la profesión y, por supuesto, un óptimo estado físico para poder desempeñar con garantías tus funciones en el verde. Pero la cabeza es el motor, lo primordial para que lo demás pueda llegar después. Contra el Levante, Isco se pareció al que jugador que fue. Estas dos últimas temporadas el malagueño daba claras muestras de haber perdido la ilusión por jugar al balón y dejaba cierto aroma de tristeza cada vez que saltaba al césped. Si la cabeza no funciona, el cuerpo tampoco.

Con energías renovadas y con un entrenador con el que jugó un gran fútbol en el pasado, Isco ha vuelto a dar muestra de lo que puede aportar. Vuelve a tener esos dos metros que, al arrancar en conducción con el balón, elimina a los rivales y esa capacidad para salir de cualquier situación de presión. Parece que Ancelotti le va a otorgar un papel importante en la rotación de la plantilla y si Isco demuestra regularidad en este nivel, será una excelente noticia para el Madrid. Hablamos de un jugador de calidad de primer nivel y con cosas diferentes al resto de centrocampistas del equipo.