Un Real Valladolid que tiene mucho margen de mejora
El Real Valladolid no sabe ganar en Las Palmas en Segunda. Después de tres años, los blanquivioletas volvían a Canarias, pero la suerte sigue sin estar de cara. Pese a adelantarse y tener el partido controlado, los pucelanos no fueron capaces de sentenciar. Los primeros cambios desdibujaron a un equipo que perdió el ritmo del partido y le cedió el balón a Las Palmas. No es un mal punto para empezar ante un equipo que puede brillar esta temporada, pero nos deja un sabor agridulce porque tenías los tres puntos en la mano.
El balance, en general, es bueno. El equipo de Pacheta demostró sus señas de identidad: presión alta, verticalidad y búsqueda de la portería contraria. No pasó demasiados problemas en defensa, pero sí le costó crear en el centro del campo. Y la intensidad no se negocia, en un duelo en el que se notó que físicamente el equipo no ha tenido la carga de partidos que hubiese sido ideal en esta pretemporada y en el que Javi Sánchez y Joaquín sufrieron molestias musculares y tuvieron que pedir el cambio. Que no sea nada.
El equipo hizo un buen partido general. Destaco la firmezá de Kiko Olivas en defensa, la producción ofensiva de Luis Pérez y Olaza y el remate continuo de Marcos André. Hasta seis ocasiones tuvo el brasileño que se hizo grande en Canarias y capitalizó el caudal ofensivo del equipo, marcando el único tanto pucelano mientras Weissman se desesperaba porque a él no le llegan balones. El "7" subió un poco más su cotización y la pírrica oferta del Valencia se queda cada vez más lejana de su precio real. Sería muy importante para el club pucelano mantenerle porque demostró ante el conjunto de Mel que es una pieza básica de un equipo que pinta bien, pero debe ajustar mecanismos todavía. Hay mucho margen de mejora.