Que una de las dos grúas del astillero de Belfast, símbolo de la ciudad, esté pintada de amarillo era una señal. Goliat, como está bautizada la grúa, llevaba la camiseta del Villarreal, el equipo del pueblo de 50.000 habitantes que se presentó en el partido que izaba el telón del curso 2021-22 a nivel continental. El desnivel de plantillas era (y es) evidente. El peso de la lógica aplastaba el partido con el gol inicial de Ziyech. Pero los chicos de Emery tuvieron el coraje, el arrojo y la inteligencia de darle la vuelta al duelo, en la segunda mitad, cuando el Chelsea ya se veía campeón. Dos avisos en forma de palo de los dos Morenos llegaron antes del estallido amarillo.

Qué jugador es Gerard. Es mentira que LaLiga se haya quedado sin estrellas. Lo mismo te marca un golazo tras apoyarse en Dia que te despeja un balón de chilena en área propia. MVP. Su golazo le puso a Tuchel cara de susto. Y a todo el Chelsea. Sí, el Villarreal estaba arrinconando al rutilante campeón de la Champions. Aguantó al Goliat azul 120 minutos con un Foyth imperial. Pocos pueden decir lo mismo en Europa. Esta vez los penaltis fueron esquivos. Kepa paró dos. Pero Vila-real volvió a dormir orgullosa.