Madrid y Barça, los aliados

La aparentemente irreconciliable rivalidad entre el Real Madrid y el Barcelona ha caracterizado al fútbol español a lo largo de su historia. Se podría decir, incluso, que la propia marca de nuestra Liga se ha construido alrededor de ella: de sus enfrentamientos, de su enemistad y de la disputa de unos duelos directos que se han vendido cada año como si del partido del siglo se tratara. Hasta la industria de la comunicación ha entendido que una manera sencilla y rápida de atraer espectadores a sus productos ha sido fomentar la confrontación entre ambos. Y sin embargo, asistimos ahora a una nueva era: blancos y culés son aliados en una guerra mucho más profunda que amenaza con cambiar el fútbol para siempre. La de los gigantes que persiguen una posición predominante en el mercado global contra los humildes cuyo único objetivo es subsistir.

Ocurrió con la Superliga y acontece ahora de nuevo con el acuerdo de LaLiga con CVC. El Real Madrid y el Barcelona se posicionan de forma idéntica y totalmente opuesta a la del resto de clubes del fútbol español. Sus comunicados y sus entornos repiten los mismos argumentos. Es una realidad: en la batalla del fútbol del futuro, están en el mismo barco y comparten los mismos intereses. Falta poco para que sus aficionados se apoyen los unos a los otros en las feroces discusiones de las redes sociales. Algo inimaginable unos pocos años atrás.

Por primera vez en la historia, los dos grandes del fútbol español sienten que parten desde una posición de inferioridad con respecto a sus competidores en la órbita que ahora importa, que es la mundial. Y tienen razón: el PSG, el City o el Chelsea poseen fuentes de ingresos sin límites aparentes. Pero esta realidad, que sin duda habrá que estudiar para intentar equilibrarla, no les entrega el derecho a comprometer la supervivencia de los demás. Los que no somos ellos llevamos toda una vida luchando con menos recursos, ignorados por los medios o injustamente tratados en los repartos. Y nunca rompimos la baraja.