Un oro para reivindicar la escalada
A Alberto Ginés me lo trajo su padre con once años para ver si lo podía entrenar. Yo tenía experiencia con escaladores que habían hecho muy buenas participaciones internacionales. Y a partir de ahí fue surgiendo el interés por la competición. Recuerdo aquella en Italia que fue muy mal y la familia le apoyó mucho. Y ahí nos conocimos. Y desde entonces su familia y la mía han estado emparentadas. Mis hijos, más pequeños que él, han escalado siempre juntos. Salíamos, íbamos a entrenar, luego venía una o dos veces al mes a Barcelona. Más tarde conseguimos que llegara al CAR.
Supongo que este oro es hacer historia. Son los primeros Juegos Olímpicos en los que entra la escalada. Y no éramos favoritos, pero lo hemos dado todo. Nos hemos dejado la piel. Si tengo que destacar algo de Ginés es su tenacidad. Y lo más importante: sabe levantarse cuando se cae. A veces necesita un apoyo, pero para bien los golpes.
Nuestro estilo de entrenar es transversal. Técnica, pero también cómo te sientes cuando entrenamos más duro… Y luego la táctica de la competición. Ginés ha mejorado mucho en la velocidad. Cogí las riendas. Como entrenador de atletismo pensé que podía aportar. Se parece mucho a una prueba atlética y así la planteé. Nos ha funcionado bastante bien.
Ha quedado claro que el punto fuerte de Alberto es la dificultad, pero después iría el búlder. Las escasas instalaciones en España, más de uso comercial, no reflejan los retos que necesitamos. Porque solo tenemos un muro para entrenar la velocidad en Pamplona. Y así lo hemos hecho doce fines de semanas seguidos, contactando con técnicos para que nos echaran una mano... Ir, entrenar, dormir y volver. Tenemos que hacer lo que podemos con lo que tenemos; así que para París 2024 obligatoriamente lo mejoraremos.
No sé lo que supone este oro para la escalada. Me gustaría que la gente nos conociera y ayudara. Yo pediría poder entrenar mejor. Simplemente eso. Ahí va ese oro.
David Maciá es entrenador de Alberto Ginés