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Tite tendrá mucho que pensar sobre la derrota de Brasil contra Argentina en la final de la Copa América. Tendrá que hacer autocrítica y, quizás, replantear algunas de sus ideas de cara al año y medio que falta para el Mundial de Qatar, su gran objetivo. Brasil hizo un mal partido, uno de los peores de estos cinco años bajo el mando del seleccionador gaucho. No es que haya sido dominado por su rival, que terminó el encuentro con tan sólo un tito a portería, el del gol, logrado en un fallo individual de la defensa. No lo fue. Pero llamó la atención exactamente eso. Ante una Argentina que demostró más ganas y valor que calidad, con un Messi lejos de lo que espera de él, Brasil fue un equipo pobre y desordenado, que tuvo el balón pero no supo qué hacer con él.

Las lágrimas de Neymar al final del partido son las de un futbolista frustrado. Lágrimas de enfado por haberlo dado todo pero que en prácticamente todo el torneo parecía estar jugando sólo. Cargando su equipo a la espalda. Ayer la historia se repitió. Y la solitud de Neymar en un equipo muy pobre de talento en el tercio superior quedó más evidente que nunca en Maracaná.

Paquetá, el gran descubrimiento de Tite en esta Copa América, era el único futbolista de creación en el centro del campo y, sin apoyo, en una isla en la mediapunta, era fácilmente dominado por los defensas rivales. Richarlison y Everton, muy abiertos en las bandas, estaban a kilómetros de distancia. El doble pivote formado por Casemiro y Fred no añadía valor alguno a las jugadas de ataque. Brasil vive, básicamente, de las arrancadas y talento de Neymar.

El crack del PSG necesita ayuda. Necesita compañeros en el ataque que tengan más talento, que den la talla, que tengan el nivel y calidad técnica individual que se espera de un titular de la selección brasileña.

A un año y medio del Mundial de Qatar, Brasil sufre con el bajón de futbolistas de quien se esperaba mucho como Firmino, Gabriel Jesus o Coutinho y necesita urgentemente que la generación de Vinicius, Rodrygo, Paquetá, Bruno Guimarães, Martinelli o Matheus Cunha de un paso al frente en esta temporada que está por venir. Porque lo que se vio de Brasil en estos últimos partidos puede que valga para llegar a la final de la Copa América. Pero desde luego parece estar muy lejos del nivel que se espera de la canarinha, de lo necesario para plantearse volver a ganar un Mundial.