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Los viejos rockeros

Mark Cavendish cruzó victorioso la meta de Châteauroux con las dos manos en la cabeza, en un gesto de incredulidad por esta segunda juventud que ha reencontrado en el Tour de Francia. Ya en la llegada recibió la felicitación sincera de muchos compañeros del pelotón, entre ellos de Alejandro Valverde. El inglés tiene 36 años. El español, 41. Los dos han logrado triunfos de prestigio en la presente temporada. Los grandes campeones siempre vuelven. El caso de Cav es peculiar, porque llevaba tres cursos sin ganar antes de empezar el actual, una rareza para un velocista. En este 2021 ya suma siete victorias, dos de ellas en el Tour. Su resurrección le ha devuelto, además, un viejo reto olvidado, el mítico récord de Eddy Merckx de 34 etapas. Cavendish colecciona 32. Está al alcance.

Unos minutos después, Roger Federer entraba en la pista central de Wimbledon. El suizo de 41 años venía de un preocupante debut, que superó por la lesión de Adrian Mannarino. Este jueves ganó a otro francés, Richard Gasquet, ahora sí con momentos sublimes, especialmente en el segundo set. Federer también pelea por un récord, que en su caso asoma remoto. Está igualado a 20 Grand Slams con Rafa Nadal, y Novak Djokovic viene por detrás como un cohete. Después de una larga inactividad, Roger ha mostrado este año un juego titubeante que empuja al pesimismo. Lo ha apostado todo a su hierba, agarrado al amargo recuerdo de las dos bolas de partido que perdió ante Djokovic con su saque en la final de 2018. Cada día tachado del calendario aumenta la esperanza de que pueda coger ritmo. Pero no es fácil.

Una etiqueta de todo gran campeón es su rebeldía. Andy Murray también anda por allí. Pau Gasol es otro ejemplo. Los viejos rockeros se resisten a claudicar. Están en su derecho de intentar escribir su propio final. Y los aficionados lo agradecen, porque cada día extra es un regalo.