Esperando a Messi Godot y a la chica de Ipanema

Se conoce la raíz del título más famoso del teatro del siglo XX, Esperando a Godot, que le vino a la cabeza a Samuel Beckett mientras esperaba con otros espectadores que llegara por fin el más lento de los aspirantes al Tour. Estaban, le dijeron, “esperando a Godot”. Ese era el nombre del último de los ciclistas.

Ahora el Barça aguarda a un antiguo conocido, que después de veinte años como componente de su plantilla está fuera de su disciplina. Messi tiene derecho a hacerse esperar, como Godot, pues le ha dado tantas alegrías al hemisferio azulgrana que ya es hora de que prolongue aquella desazón que hace un año dejó tiritando a Bartomeu.

Este momento parece propicio a la esperanza de que el líder argentino resuelva la interrogante con un sí, pero en este momento el mejor futbolista de la presente historia está tratando de alcanzar un trofeo que se le resiste, la Copa América, y nadie, ni siquiera un contrato decisivo, tiene derecho a interrumpirle el sueño.

De manera sorpresiva, un exbarcelonista bien informado, Ferrán Soriano, director del City de Guardiola, le dijo ayer a Carles Francino en la SER que ellos no están hablando con la familia Messi… Es una información decisiva, pero la dijo hablando del espectáculo La chica de Ipanema, y mezclar esa música soñada con las pesadillas azulgranas ni es estético ni es armónico.