España es la noticia de esta Eurocopa
Este partido nunca lo olvidaremos. Fue una montaña rusa de emociones, encadenando aciertos con errores los dos equipos hasta completar una ensalada de goles la mar de apetitosa. Unai Simón y Morata pasaron de villanos a héroes, posiblemente hayamos asistido a los últimos minutos de Modric como internacional, Pedri alcanzó definitivamente la edad adulta y la nueva generación, hecha de caras desconocidas, certificó que merece un espacio en nuestro santoral. Fue un partido en el que cupo todo el fútbol y que nos deja ese 5-3 que nos mete en cuartos. La penuria del gol pasó. Quedaba cava en la botella.
Laurel a Unai Simón. Después de regalar un gol inaudito (Pedri tuvo su parte de culpa y, como él, supo levantarse) se mantuvo sereno. A instancias de Luis Enrique, arriesgó con el pie en la salida y de su bota nació la jugada que acabaría en el gol de Azpilicueta. Y devolvió el regalo con dos paradas modelo Casillas, de portero milagrero, en reacciones gatunas que no son frecuentes entre los de su estatura. En cuanto a Morata, una vez más recibió golpes, jugó bien los balones, buscó, hizo lo necesario para que sus compañeros se favorecieran de su juego. Sólo que esta vez lo coronó con un golazo tremendo que decantó por fin el partido.
No todo fue perfecto en España. Sigue concediendo mucho (Croacia no hizo tanto como para marcarnos tres goles) y manejó mal el ritmo cuando estaba 3-1 y lo prudente hubiera sido agruparse, en lugar de desparramarse para presionar arriba. Pero fueron defectos que resultaron hermosos, porque contribuyeron a esa tarde disparatada y divertida y porque los chicos supieron remediar los rotos con el entusiasmo colectivo en la prórroga. Hemos mirado a este equipo con desconfianza por sus muchas caras desconocidas y porque Luis Enrique no es precisamente popular. Pero es hora de decir que da gusto verse representado por este grupo.