El código de Koke y Pedri

En tiempos donde lo efímero manda, no se dará importancia al estreno de España. Dejando al lado lo urgente, que no es otra cosa que el resultado, la Selección emitió señales muy positivas en el primer tiempo y en los minutos finales del partido. No las confirmó por sus problemas crónicos con el gol, pero fueron períodos que mostraron el camino a seguir. La circulación de balón fue movida, hubo amplitud y profundidad y una presión altísima que caricaturizó a Suecia (menos a Isak) durante diversos tramos del partido. No se puede discutir el fervor y la intención futbolística de España, si acaso el tránsito soso en el inicio de la segunda parte, pero Luis Enrique reconoció la identidad que quiere para la Selección.

El asalto malogrado a la alambrada que levantó Suecia cerca de su área no esconde las virtudes de España tanto a nivel colectivo como a nivel individual. Dani Olmo intervino con dinamismo entre líneas y su juego consintió las llegadas de Jordi Alba. Más recatado estuvo Ferran, poco fino. Sarabia, Thiago, Oyarzabal y Gerard Moreno sumaron cuando salieron. Y la aportación de Morata, aunque se tiene que mirar su acierto en el trance más decisivo, no fue escasa ni mucho menos. Pero sobre todos, despuntó Koke. La influencia del centrocampista alcanzó todas las fases del juego. Los mecanismos con Llorente para convertir al lateral en interior, la agresividad en los movimientos, el buen pie en las entregas y la presencia final en el área de Koke ordenaron el fútbol de la Selección. Estuvo en todos los sitios y de mil formas distintas. En el otro perfil, el rendimiento de Pedri fue excesivamente episódico, pero su activación en el tramo último del duelo merece la ilusión. Cuando dejó el pecado de la timidez a un lado, España se entregó a su inventiva. Cómo conectó a Jordi Alba y aproximó a la Selección al gol fue una exhibición de personalidad y talento. El resultado no es un buen principio para España, pero el modo puede augurar un final distinto.

Hasta el área

Koke acude a zona de remate y ofrece otra alternativa en el ataque para España. Desde la sorpresa, aparece para finalizar o dar continuidad a la acción en la fase final del juego.