Ancelotti se hace el sueco con Ramos
El futuro del aún capitán sigue pintando negro a menos de un mes de ser un futbolista libre en el mercado. Si algún optimista pensaba que la llegada del italiano podía acercar posturas estaba equivocado. Carletto, uña y carne con el camero en su primera etapa, se hizo el sueco ante la obligada pregunta sobre la renovación del central. Se tenía bien aprendida la lección y con su respuesta dejó claro que en este tema ni pincha ni corta. Es un mano mano presidente-jugador y la opinión del técnico no va a ser tenida en cuenta. El tiempo pasa deprisa y da la sensación de que la situación es irreversible. Florentino ha puesto los pies en el centro de la plaza y de ahí no se mueve, dando la sensación de que la salida del capitán es un asunto que no le quita el sueño.
Ramos, lógicamente herido en su orgullo, cree que el club le está tratando como a uno más y que se ha querido dar la sensación de que es un pesetero. Posiciones enconadas que hacen imposible la fumata blanca. Durante el proceso algunos han querido manchar la impoluta imagen de un tipo que, pase lo que pase, será para siempre leyenda del Madrid. Su trayectoria merece que esto se resuelva cuanto antes. Si hay milagro de última hora y se queda, Ancelotti respirará; si el cuento ha terminado, tiene que tener el adiós que merece un tipo que se ha partido la cara por este escudo. Cualquier cosa, menos seguir jugando al gato y al ratón...