¡Puto Atleti, cómo te quiero!
Lo merecíamos por haber estado gran parte del campeonato como líderes.
Lo merecíamos porque somos el equipo más simpático del mundo.
Lo merecíamos porque los otros han sido peores que nosotros.
Lo merecíamos porque ya era hora de llenar de alegres rayas rojas ese duopolio de camisetas aburridas.
Lo merecíamos porque seguimos siendo el equipo del pueblo.
Lo merecíamos porque seguimos siendo el equipo del barrio.
Lo merecíamos porque la justicia es mejor cuando es poética.
Lo merecíamos porque Simeone merecía este título más que nunca, más que nadie.
Lo merecíamos porque un campeonato jugado en una época tan fea merecía un final hermoso.
Lo merecíamos porque la prepotencia con humildad se paga.
Lo merecíamos porque el fútbol de Madrid y el fútbol español necesitan esta alternancia.
Lo merecíamos por el Mono Burgos.
Lo merecíamos por Carlos Matallanas.
Lo merecíamos por todos los exjugadores representados por Adelardo, Luis Aragonés, Fernando Torres.
Lo merecíamos porque los seguidores atléticos siguen siendo la mejor hinchada del mundo.
Lo merecíamos por el Vicente Calderón y por Don Vicente Calderón.
Lo merecíamos por el Metropolitano, donde lloraba mi abuelo con mi papá de la mano.
Lo merecíamos por Sabina, Dani Martín, Leiva, Rosendo, etcétera.
Lo merecíamos por el Paseo de los Melancólicos y la senda de los elefantes.
Lo merecíamos por el metro de Pirámides.
Lo merecíamos por ese himno antiguo y hermoso cantado a capella tantas tardes.
Lo merecíamos por todos los socios y seguidores que se fueron en estos meses terribles.
Lo merecíamos, qué hostias.
¡PUTO ATLETI, CÓMO TE QUIERO!