Ferrari y Sainz ilusionan
Desde el jueves, con los primeros entrenamientos, Ferrari ha venido demostrando un nivel por encima de lo habitual en Montecarlo. El GP de Mónaco siempre es especial, abre la ventana a las incertidumbres e incluso a las sorpresas, como ver a los coches rojos tan efectivos en el legendario circuito urbano, en cada sesión y con excelente rendimiento de sus dos pilotos. Así se presenta la carrera monegasca, por mucho que la calificación quedará un tanto en suspenso cuando muchos pilotos no pudieron completar el que era su último intento a causa de un accidente precisamente de Leclerc. Lo importante, en todo caso, es que los monoplazas de Maranello demuestran fortaleza en el Principado, lo que alimenta la ambición del piloto local (esperando que su coche no se vea penalizado por la colisión) y por supuesto de Carlos Sainz.
El madrileño aseguraba antes de ponerse manos a la obra en Mónaco que le gusta este trazado, que conoce sus trucos y que se sentía confiado. Lo ha demostrado vuelta a vuelta, con solvencia y seguridad, tanto que su cuarta posición en la parrilla se queda por debajo de las expectativas que había generado hasta entonces. En cualquier caso, no es mala posición para arrancar y pensar en luchar por el podio. Una carrera en Montecarlo es eterna, los propios pilotos repiten que allí todo pueda pasar y el primer gran resultado de Sainz quizá llegue en este escenario extraordinario, de piloto más que de coche, de valientes y de expertos. Cualidades todas, dicho sea de paso, que atesora también Fernando Alonso, aunque en su caso siga encontrándose muy lejos de sentirse cómodo con su nuevo Alpine: caer en la Q1 y con tanta diferencia con su compañero Ocon así lo confirma.