La Liga que valdrá por dos
Empezaba a escribir estas líneas para mi periódico preferido cuando saltó la noticia: Antonio Miguel Mateu Lahoz será el encargado de dirigir la final de la Champions entre el Manchester City y el Chelsea, el próximo 29 de mayo en Estambul. Sobre el papel esta decisión de la UEFA debería ser un orgullo para el arbitraje español, un reconocimiento a su calidad, al gran trabajo que los que llamábamos antes los "hombres de negro" desempeñan en la Liga y en Europa. Sin embargo, Mateu es el árbol que esconde el bosque de la chapuza y de las vergüenzas. Todo el mundo ha visto lo que ocurrió el domingo en el Di Stéfano durante el partido entre el Madrid y el Sevilla e, incluso, los medios de comunicación europeos que no son nada afines a la Casa Blanca han calificado de "surrealista" o de "increíble", entre otros muchos términos, el penalti pitado en contra del equipo de Zidane.
También se resaltó que era la primera vez en su carrera que Zizou salía de su habitual postura "políticamente correcta" para pedir explicaciones a Martínez Munuera. Estalló un entrenador que antes no decía nada sobre los árbitros pero que, en privado, reconoce desde hace mucho tiempo el maltrato que sufre el Madrid. Incluso también el Castilla. Zizou tiene que convivir con ello y sabe que, de ganar esta Liga, valdrá el doble. Igual que la de la temporada 2016-17.