La elástica de Ronaldo a Geli
Durante algunas temporadas en los años 90 los Barça-Atleti eran un 'All you can eat' constante. 4-3, 5-3, 3-3, 5-2… El regate de Caminero a Nadal, el partido de Copa 5-4 con el triplete de Pantic y el gol de la remontada de Pizzi o aquella Supercopa en Montjuic en el que Ronaldo nos enseñó un regate que parecía el hielo de Macondo. Más tarde se llamó elástica, pero aquello era tan nuevo que no tenía nombre. El periodista Ramón Besa en El País lo llamó "cuchara" y definió así a ambos equipos de hace más de 20 años: "El Atlético tiene equipo y el Barça presume de futbolistas. Esa fue la diferencia".
El Atleti se desinfló en la década posterior y en eso llegó Simeone y mandó parar. Desde 2011 se ha repetido el 0-0 en ocho ocasiones. El Atlético del Cholo nunca ha metido en Liga más de dos goles al Barcelona y su portero solo ha ido más de dos veces a la red en dos únicos partidos en más de 30 duelos ligueros. ¿Qué dice mi intuición viendo los datos? Que van a empatar. Hasta el gol de Godín en 2014 fue para empatar. El Barça es Messi que tiene la maleta hecha y ha visto la semana europea en el sofá. 90 minutos de combate se le hacen muy largos a este Barça que golea o tiembla y los partidos de este Atlético, al que le vale un gol para vivir sin agua 40 días en el desierto, no le convienen.
El empate sería una oportunidad tan elocuente para los Space Cowboys de Zidane que la desaprovecharán con otro frustrante empate. O no, porque mi capacidad de diagnóstico con este equipo es ciega. En esta columna he llamado tragabolas a Courtois, he dicho que Militao era peor que Fernando Sanz y lo más grave, he negado a Benzema y Modric en varias ocasiones. Soy un gran pecador. Gane quien gane esta Liga -que se ha quedado bastante Superliga por cierto- será un campeón legítimo. Ni justicia ni merecimiento, esos dos tumores del análisis futbolístico. La racanería de Simeone, el insustancial plato combinado de Koeman, los veteranos y noveles de Zidane o la regular clase media de Lopetegui.