Ser valiente en la hora más decisiva

El Barcelona y el Atlético de Madrid llegan a su hora decisiva conscientes de que lo que se estropee esta tarde en el Camp Nou va a tener difícil arreglo y lo que se consiga, en cambio, no va a ser definitivo y tendrá que defenderse en las tres últimas jornadas. Por lo tanto, es la hora de decidir cómo se quiere morir más allá del resultado. El equipo de Koeman ha pasado por todos los estados posibles a lo largo de una temporada tan intensa que parece mentira que haya durado sólo ocho meses. Parece que fue hace tres vidas cuando el Barça echó a andar con el burofax de Messi caliente sobre la mesa y el Atlético hizo lo propio con Suárez. Desde entonces ha pasado volando una temporada que encara su recta final con un guion de película de misterio y que ha vivido de todo. Desde el momento en el que parecía que el conjunto de Simeone iba a ser campeón seis jornadas antes del final de curso a la oportunidad que se desaprovechó ante el Granada.

Llegados a este punto, lo único que se le puede exigir al Barça es valentía y grandeza. Si no se gana LaLiga que no sea por no ser fiel a un estilo y una manera de jugar que debe ser la que ilusione a la afición de cara a la próxima temporada. El éxito en la Copa ahora sabe a poco, pero en noviembre lo hubieran firmado todos los barcelonistas. El equipo se ha ganado el derecho de disputar una Liga que parecía perdida y hay que recordar que se llegó hasta aquí siendo valiente.