El central ha dado un paso adelante en su rendimiento cuando muchos habíamos perdido la esperanza y lo ha hecho cuando se cuecen las cosas importantes. Su partido ante el Chelsea fue para enmarcar. Expeditivo en el cruce, sobrado físicamente y con personalidad suficiente para arropar a un Varane por momentos nervioso y superado. Todavía tiene margen de mejora, pero la manera de levantarse cuando todo parecía en su contra tiene un mérito incalculable.

Zidane se ha encontrado con un central con el que no contaba. Militao está recogiendo el premio que lleva sembrando durante muchos meses de oscuridad; luchando contra su precio y contra la falta de oportunidades hasta que ha encontrado su sitio en un club que no perdona dudas y que no entiende de tiempo de adaptación. Y lo ha hecho desde el silencio y desde el trabajo. Mucho mérito.