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Ni Elleray ni el VAR pueden con LaLiga

Si tuviera valor para hacerlo y se sintiera seguro con su criterio, bien haría Velasco Carballo en montar una sesión didáctica en la sala Luis Aragonés, con todo detalle, con tiempo por delante, mañana y tarde si es preciso, abierta a entrenadores, capitanes y periodistas y lanzada por ‘streaming’ más allá de esas paredes para explicar, proyectando todos los casos enviados con solicitud previa, todas esas manos sí, manos no que atormentan a las aficiones en todas las españas. A ver si de una vez nos enteramos. A ver si convence a Roncero de que lo de Miranda no fue penalti y lo de Acuña sí lo fue. Y a tantos otros de tantas y tantas cosas antes.

Lo peor es que si lo hiciera ahora debería volver a hacerlo en breve, porque Elleray ya ha retocado el criterio para la Eurocopa y temporada próxima... Y hasta otra. Mi amigo Vispe me dice desde Australia algo que me apunto: ha decidido que para él vale el Reglamento que conoció de niño, el que le explicó su padre. “Tengo un montón de claves que memorizar, algunas cambian cada poco: el teléfono, el wifi, el banco, el otro banco, el ordenador, el acceso a la empresa, la seguridad de casa... No me da la gana reestudiar el Reglamento cada temporada”. Buena opción. Que hagan sus reglas, quedémonos con las nuestras. Eran mejores.

Total, si nos quejábamos entonces nos quejamos más ahora. Por ejemplo, con esa tabla de logaritmos en que han convertido las situaciones de mano, a fin de ajustarlas al VAR, que se va significando cada vez más como invento del Demonio. La cara buena es que el fútbol se abre paso entre tantas dificultades. En esta jornada cochambrosa de las dos manos o no manos y del final de partido interruptus, salimos con LaLiga enardecida. Cuatro equipos en tres puntos. Al ganar el Sevilla y perder el Atlético, la cabeza se reagrupa y a la vuelta de dos semanas esperan el Madrid-Sevilla y el Barça-Atlético. Con esto no pueden ni Elleray ni el VAR.