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Mejor pensar en el Chelsea…

Gatillazo con reparos.- No era el plan. Seguro. El Betis fue otra vez el verdugo como visitante (cuatro años llevamos sin marcar un gol jugando en casa con los verdiblancos) y de nuevo el equipo falló con la espada. Un diez en actitud, porque el once de Zidane se vació bajo el diluvio para mantener vivas sus opciones de luchar por el título. Pero sin la brújula de Kroos y sin el liderazgo de Ramos en partidos tan enrevesados como era este, el Madrid sufre. Aun así y aunque el juego en ataque es mejorable, a los legionarios de Zizou no les podemos reprochar el infortunio con las decisiones arbitrales. En Getafe fue un gol legal de Mariano, que el VAR transformó en un fuera de juego que solo existió en sus líneas mal trazadas, y hoy ha sido un penalti clarísimo de Miranda, que frenó en seco con el brazo extendido un remate de cabeza de Militao. Estrada no lo vio y es lógico, pero me pregunto si a González González, el hombre del VAR, le pilló la acción en la máquina del café. Y hasta pudieron pitar al final una patada de Guido a Vinicius. Involuntaria, pero patada. Con otra aplicación del Reglamento el Madrid tendría cuatro puntos más. Ahora, media Liga está perdida...

Mi héroe es Zidane.- Aun así, me agarro a la fe del francés. Si alguien imaginaba que a Zidane le podía afectar la presión salvaje que sufre históricamente el Madrid, que revisen el Instagram del marsellés en la víspera del partido con el Betis de Pellegrini. Colgó una foto en el salón de su dulce hogar madrileño, en el barrio de Conde de Orgaz, posando con un pijama de color morado, a juego con el sofá. Parecía un entrañable teletubbie, llevando en su mano un libro: ‘Le livre des pensées: les essentials du bien-être’ (‘El libro de los pensamientos: los fundamentos del bienestar’). Tanta pizarra y tanta gaita que venden algunos entrenadores para llegar a la conclusión de que casi todo es serenidad mental, convicción existencial y poder de seducción. Nada está perdido todavía, aunque pinte regularcillo. Zizou lee un par de capítulos de libros como este y entre sonrisa y sonrisa nos gana tres Champions seguidas o está cerca de meternos en otra final de Champions, con permiso del Chelsea y del tal Ceferin, el único tipo de la Tierra que se ha subido el sueldo durante la pandemia...

Alirón contra el Betis.- Y eso que las efemérides pintaban bien. En este 24 de abril tienen los blancos un gran recuerdo liguero ante el Betis. Aconteció en el año 1988. Aquel equipazo de la Quinta del Buitre, entrenado por Beenhakker, goleaba sin piedad a los béticos en un Bernabéu abarrotado. 6-0 y Liga número 23 al bote. Abrió la lata un verdiblanco de leyenda, Rafa Gordillo, con una volea brutal en el segundo palo tras un gran centro de Míchel desde la derecha. Gordillo, por respeto a su Betis, no lo celebró. El resto de la manita fue cosa de Míchel, que hizo doblete, Gallego, Hugo Sánchez y Sanchís. También el 24 de abril, pero de 1985, el Madrid de Luis Molowny se metió en la final de la Copa de la UEFA tras remontar ante el Inter el 2-0 de la ida en San Siro, goleando 3-0 con tantos de Santillana (2) y Míchel. Ese Madrid tenía mucha pólvora. El de ahora defiende como una roca, pero arriba dependemos de que a Benzema le entren. Una pena.

A por el Chelsea.- Hay que levantarse y desde ya pensar en el partidazo del martes con los londinenses. Hay que jugar como ante el Liverpool. Al ataque y metiendo en su área a los de Tuchel. Es la Champions. Es el libro abierto del Real Madrid.