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A la espera de lo que hagan Atlético, Sevilla y Barça, al Real Madrid se le pone muy cuesta arriba el hecho de revalidar el título de campeón de Liga. No fue un mal partido de los de Zidane, a los que les costó entrar en el encuentro ya que no ajustaron bien la presión y el Betis se encontraba muy cómodo con el balón en los pies. Desde el minuto 30, el Madrid se hizo con la pelota y se empezaron a activar los atacantes, pero creo que al equipo le faltó profundidad por banda. Rodrigo y Asensio estuvieron activos en el juego, pero nunca llegaron las ayudas de sus laterales, a los que apenas pudimos ver en posiciones de ataque.

Nacho jugando en perfil cambiado es normal que no ofrezca esa profundidad y en el lado contrario estaba un Dani Carvajal que sale de una larga inactividad y se nota que no está, todavía, para hacerle un surco a la banda como en él es habitual. Esta situación provocó que el Betis se pudiera proteger bien por dentro, cosa que hizo de manera eficaz. Con el cambio a tres centrales el equipo sí tuvo esa amenaza exterior que le había faltado, aunque se quedó en inferioridad numérica en el centro del campo en relación a los de Pellegrini que podían salir cómodos en situaciones de transición.

Le está costando generar situaciones de gol al Real Madrid en los últimos partidos, con excepción de Cádiz, y a pesar de que sigue defendiendo bien y estando comprometido en el esfuerzo, quizá se le puedan ir las opciones de campeonar por esta cuestión. También es cierto, y ya lo comentó el propio Zidane, que la plaga de lesiones de los últimos meses ha provocado que el Real Madrid haya llegado algo justo de gasolina al momento clave.