El Valencia merece la Euroliga

La Euroliga completó los playoffs con la octava y última plaza. Hubo que esperar a este lunes, tres días después de la finalización de la fase regular, porque el Zenit de San Petersburgo tenía un partido aplazado ante el Panathinaikos a causa de la pandemia. Así de igualado ha estado el asunto. El Zenit no falló. Era lo previsible. Dos equipos españoles estaban pendientes de este choque. Por un lado, el Barça, para conocer a su rival de cuartos. Enfrente tendrá al entrenador de su etapa más gloriosa, Xavi Pascual, y a su exjugador Kevin Pangos, que fue decisivo en la clasificación con 33 puntos y 41 de valoración. Pero quien miraba con mayor ansiedad el partido era el Valencia Basket, al que sólo una derrota rusa metía en la lucha por el título. No pudo ser. El Valencia ha quedado relegado de las eliminatorias, pero hay un mal mayor, porque el hecho de no haber terminado entre los ocho primeros le excluye también de la Euroliga para el próximo curso. Los equipos procedentes de la Eurocup sólo pueden sobrevivir en el torneo si integran ese Top-8. Son las normas internas de una liga privada.

Todavía existe otra vía abierta para el Valencia, más remota, pero ya no depende de él. La Euroliga se reserva dos invitaciones para completar el plantelUna parece destinada a la Liga Adriática: el Partizán o el Estrella Roja. ¿Y la segunda? Todo apunta al propio Zenit, porque sólo hay ratificado otro equipo ruso, el CSKA, y porque ha quedado evidente su competitividad. Hay pocas esperanzas para los taronja, la verdad, aunque sería de justicia que permanecieran en la élite. Lo han demostrado en la cancha. Y lo demuestran cada día con su pasión por el básquet, con esa instalación modélica de L’Alqueria, con su futuro pabellón, con su animada afición… y hasta con ese equipo femenino que el domingo se proclamó campeón de la Eurocup. Será difícil que ocurra, pero el Valencia merece seguir en la Euroliga.