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La foto de Gasol y la bomba de Deck

A las 21:00 del viernes 9 de abril de 2021, más de dos años después de su último partido, en concreto 767 sacrificados días más tarde, Pau Gasol se colocó en el centro del Palau para ganar el salto inicial a Leon Radosevic en el cierre de la fase regular de la Euroliga ante el Bayern Múnich. Luego metió las tres primeras canastas de su equipo: el 2-2, el 4-8 y el 6-11. Sus compañeros le buscaban. Era un momento feliz para el baloncesto, el regreso de un mito que, a sus 40 años, ha luchado para superar una grave lesión y no marcharse por la puerta de atrás. El Barça, ya líder confirmado, no se jugaba nada y alineó a los menos habituales. Entre ellos a Pau, que sumó 9 puntos, 4 rebotes y 5 de valoración en 13 minutos. Los números eran lo de menos. Lo importante fue la foto. Gasol ha vuelto.

Si el Barcelona acaparó la imagen de la jornada con el retorno de una leyenda, al otro lado del puente aéreo el Madrid protagonizó la noticia bomba. Gabriel Deck, el jugador que había tirado últimamente del carro junto a Edy Tavares, se va a Oklahoma. Así, de repente, de un día para otro, fuera de plazo para que su equipo contrate a un refuerzo para Europa. En el basket gobierna la NBA, donde no son tan extraños estos movimientos del mercado. Deck era uno de los jugadores con el salario más bajo del Real Madrid, su renovación no avanzaba, y no ha dudado en aceptar una oferta que incluye cuatro millones de dólares de aquí a junio. Así es difícil resistirte a la mejor liga del mundo, igual que no se resistieron antes Campazzo, Doncic o Sergio Rodríguez... Llull es una romántica excepción. La réplica del equipo blanco ha sido acelerar el fichaje de Vincent Poirier, un pívot de categoría que dará oxígeno al explotado Tavares. No podrá jugar la Euroliga, pero sí en la ACB. Y el próximo curso coincidirá con su compatriota francés Thomas Heurtel. El Madrid se reconstruye. Igual que Gasol.