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Paso de pasillos. No es algo que me haga especial ilusión. Me parece más anecdótico que otra cosa. Aunque no deja de ser una de las muestras más bonita de deportividad que existen en el mundo del deporte. Pero si no se hiciera tampoco creo que se acabe el mundo. Ya saben por qué escribo esto, la dichosa polémica sobre si el Athletic Club debe o no hacer pasillo a la Real Sociedad por ser campeón de la Copa del Rey. Debate que no existiría de no ser el equipo rojiblanco el derrotado en esa final de La Cartuja, o si no fuera un derbi vasco. Pero para mí no debería haber ni debate, ni polémica.

Creo que es enredarse en un asunto tan trivial como secundario. Lo zanjó Marcelino, asegurando que habrá el dichoso pasillo. Pero me apunto al argumento de Mikel Oyarzabal en ‘El Larguero’: “Lo que no queremos es que se sientan obligados a hacerlo. A mí me vale con lo que vimos en La Cartuja”, dijo. A mi también. De verdad. Porque lo que se haga, debe ser con sinceridad. Igual que el agradecimiento de la Real. Al final, lo que está en juego es la imagen del fútbol vasco. Y la Real y el Athletic deben ser siempre rivales en el terreno de juego, pero fuera enemigos nunca. ¿De qué sirve eso?

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 Y eso es lo que me pregunto con este asunto del pasillito. ¿De qué sirve? ¿Va a generar más enemistad entre aficiones? Si va a servir para eso, no lo hagan. Los derbis vascos ya son lo suficientemente bonitos como para ensuciarlos con estas cosas, que no van más allá de una foto que a unos les gustará y otros les molestará. Con o sin pasillo, lo que sí deben tener claro todos es que este miércoles deben dejar paso al campeón. Eso es lo único real de esta historia. Abran paso al campeón de Copa. Que aunque llegue diezmado, no puede permitirse el lujo de seguir de fiesta. Europa está en juego. Y aunque parece que el derbi vasco de verdad ya lo ganaron el sábado, toca pasar pagina y centrarse en La Liga. Aunque me pregunto cómo lo harán. Si yo todavía estoy con el subidón y las emociones a flor de piel. Ganar este derbi, si me apuran, puede tener para los de Imanol hasta casi más mérito que el de la final, que ya es decir. Digo yo que habrá que demostrar por qué somos campeones de Copa. Que casualidad no es. Ya es hora de pasar de las lágrimas a la concentración. Paso al campeón, y por el pasillo que va a haber, pues aplaudan a un equipo que el sábado hizo historia y emocionó a una provincia entera.