La vida es mejor con Casemiro

Asoma el momento decisivo y el Madrid, al menos, tiene buena pinta. De donde venía no es poco. La transformación futbolística en los últimos partidos encarrila la temporada, aunque está por ver si le alcanzará contra el Liverpool y en el Clásico. Ante un Eibar irreconocible y disperso fue más que suficiente. En otro guiño táctico de Zidane, posiblemente como ensayo previo para la Champions, el Madrid se articuló con tres centrales y dos carrileros y esta estructura le sentó fenomenalmente. Con Modric haciendo de Kroos, en otra actuación redonda del croata, se apropió rápidamente del partido ante un rival caótico por instantes, que no se pareció en nada a lo que acostumbra a ser. Timorato en la presión, con una caraja importante, el Eibar dio demasiado espacio y tiempo al Madrid sin ajustar nunca sus grietas por dentro y por fuera. Nunca controló a Marcelo, nunca se protegió bien de las apariciones interiores de Asensio. El equipo blanco emergió con vitalidad ante ese contexto con los mecanismos tan bien trabajados que tiene Zidane en la salida, compensando cada jugador el movimiento de su compañero. Si Marcelo se iba hacia el centro, Isco o Benzema se abrían a la izquierda. En el otro perfil, Lucas tomaba por derecho propio su banda. El Madrid fue infinitamente mejor que su adversario.

La grata versión madridista quedó acreditada en otro partido mayúsculo de Casemiro. Sin reemplazo en la plantilla, a Zidane no le queda más remedio que rezar para que ningún percance frene al brasileño. Casemiro equilibró la medular, acortó las distancias y pisó con su agresividad ordenada las zonas de finalización. Ha pasado de ser el mejor seguro defensivo a un atacante notable que entiende qué hacer en cada situación. Su lectura en la anticipación y en el quite (ocho recuperaciones) encuadró la victoria del Madrid en el gol de Asensio. No se concede un respiro y casi él solo fue capaz de hacer frente a Diop (horrible), Sergio Álvarez y Aleix. Con Casemiro todo es más sencillo y mejor. Es un brigadista de primera.

Al ataque

Asensio viene a recibir por dentro y Casemiro se lanza hacia delante para ocupar ese espacio vacío. Siempre compensa a Benzema y carga el área sin vacilación. Es un movimiento que tiene muy estudiado.