Gasol, Mirotic, Jasikevicius: la foto importa

Hace un par de años, cuando daba palos de ciego tratando de componer un proyecto, tarea que parecía hacerse imposible desde la salida de Xavi Pascual, el Barça se parapetaba en una economía de mínimos mientras se aferraba a Pesic casi como un amuleto con el que espantar el mal fario que, en clave azulgrana (el puente aéreo, ya se sabe) arreciaba durante la era Laso, un tramo histórico para el Real Madrid y nefasto para su eterno rival que siguió a uno que había sido maravilloso para el Barcelona y pésimo para los blancos, un mal recuerdo que Pablo Laso ha borrado casi por completo.

En eso está Jasikevicius; borrón y cuenta nueva, regreso al futuro para recuperar la identidad y el orgullo, tan baqueteado. Un excepcional trabajo de Nacho Rodríguez en los despachos, jugadores de elite a nivel europeo en todos los puestos y el entrenador que estaba llamado a ser el desenterrador del Barcelona, tarde o temprano. Y lo está siendo.

En ese contexto, el del aire fresco que impulsa a un Barça ahora mismo imperial, la foto de Pau Gasol con Sarunas Jasikevicius y Nikola Mirotic, además de dos bastiones ya del vestuario como Adam Hanga y Pierre Oriola, importa. El símbolo importa, el optimismo genera más optimismo y un equipo excepcional se hace invencible cuando se convence a sí mismo de que todo es posible, de que todo lo bueno que puede pasar está al alcance de la mano. Para eso, y que pregunten a un Laporta que se puso a su lado en su primera comparencia oficial como presidente, tener a un icono como Pau Gasol importa.

Y ahora pongámonos en lo mejor: si Pau puede sacar buenos minutos en pista, será una guinda colosal, nadie va a pedirle más, en un equipo de ensueño. Y si no, si el camino va torcido, cuesta ver en el de Sant Boi, a estas alturas y de vuelta en casa, un elemento de disrupción interna. Porque por encima de todo está el símbolo, la foto, el regreso, el cierre del círculo en blaugrana para una de las mayores leyendas de la historia del deporte español. Y eso tiene que importar, de un modo u otro. Vaya que sí.