Necesitamos volver a sentir una Euro
Está siendo insoportable la falta de competiciones formativas de carácter internacional. La pandemia amenaza con resquebrajar un sistema que resultó clave en el dominio de Europa en el planeta fútbol, como se ha visto en los cuatro últimos Mundiales conquistados por selecciones UEFA. En este tiempo de coronavirus se suspendieron Europeos Sub-17 y Sub-19, no se jugó la actual Youth League y se cancelaron los Mundiales Sub-17 y Sub-20. Un frenazo de dos años en la formación de los talentos de la próxima década. Nos hemos tenido que conformar con la Copa de África Sub-20 y ahora con el Preolímpico de CONCACAF. No les digo más.
Por eso la Euro Sub-21 es una bendición para los que amamos el fútbol desde la base, sobre todo en un país tan prolífico como España. Este formato raro con la primera fase en marzo y las rondas finales en junio viene condicionado por el retraso un año de la Eurocopa absoluta. No importa. Lo disfrutaremos tanto ahora como luego. No hay más que ver el elenco tan espectacular de jóvenes que desfilarán estos días por Eslovenia y Hungría. La ampliación a 16 selecciones hace que estén todas las grandes, aunque en muchos casos han primado la absoluta a la Sub-21 en las convocatorias. Aún así, hay estrellas para dar y regalar: Koundé, Camavinga, Brahim, Moukoko, Brobbey, Trincao, Hudson-Odoi, Smith Rowe, Tonali... ¿Se lo van a perder?