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¡No nos cierre Navacerrada señora vicepresidenta!

La pequeña estación es icono de la historia del esquí alpino español y la mejor opción que tienen los niños madrileños sin muchos recursos para iniciarse en el deporte de invierno.

Navacerrada.
Emilio NaranjoEFE

Navacerrada es, probablemente, una de las estaciones de esquí más peculiares que yo haya visto. Pequeñita, con 9 pistas, solo 5 en funcionamiento, se sitúa justo en el puerto que cruza la carretera M601, entre la nacional VI a su paso por Madrid y La Granja de San Ildefonso en Segovia, y justo en el Parque Nacional de La Sierra de Guadarrama. Esto último, no es una excepcionalidad dentro de las estaciones de esquí, rara es la estación europea que no se encuentra en, o lindando con, un parque nacional o paraje protegido. Por ejemplo, justo desde la ciudad austriaca de Innsbruck se encuentra Freeride Lounge en la cordillera Nordkette la puerta de entrada al parque natural "Alpenpark Karwendel", uno de los más importantes parques naturales centroeuropeos de carácter alpino. Un paraíso de vida salvaje, pero también un centro fantástico para la práctica del esquí, del montañismo, de la escalada, del mountainbike o del senderismo. A tan solo dos horas de Múnich, uno puede golpear las pistas en 13 estaciones dentro de la región de Innsbruck.

Pero para la estación de esquí del Puerto de Navacerrada, tener sus instalaciones en el Parque Nacional, le ha supuesto un serio problema, uno terminal. El Organismo Autónomo Parques Nacionales (OAPN), dependiente del Ministerio para la transición ecológica y el reto demográfico, cuyo titular es la señora vicepresidenta Teresa Rivero, ha comunicado su intención de no renovar la concesión de ocupación de la estación de esquí Puerto de Navacerrada en los terrenos en Castilla-León. La razón argumentada es que “en el entorno del Puerto de Navacerrada, espacio que soporta un grave problema de saturación y de acceso, aglomeraciones que en ocasiones suponen un problema de orden público y seguridad ciudadana, aportes de residuos sin una solución clara para su recogida y evacuación a la fecha y en definitiva un modelo inadecuado de uso público totalmente opuesto al que se debería establecer en un entorno natural de un parque nacional”.

Pistas de la estación de Navacerrada divididas por la carretera M601
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Pistas de la estación de Navacerrada divididas por la carretera M601Estación de esquí Puerto de Navacerrada

Hay que tener en cuenta que todas las acciones y actividades humanas provocan un impacto ambiental, no solo el esquí. Desde las energías eólicas renovables, a las granjas de engorde de cultivos marinos en el mar. No existe nada “verde” 100 %. Lo único que podemos hacer los humanos es intentar causar los menores daños posibles y rozar la explotación sostenible para proteger el medioambiente. Por supuesto la inactividad también es una opción, es la elegida por OAPN. Pero a mí se me antoja poco realista, la protección de entornos de la actividad humana debe restringirse a ecosistemas increíblemente frágiles, únicos y muy valiosos. De otra forma, lo coherente sería que la humanidad interrumpiéramos todas nuestras actividades, nos redujéramos a un par de centenares de individuos y volviésemos a la depresión de Afar en África, nuestro hábitat primigenio ¿Voluntarios para extinguirse? ¿Ninguno? Ya decía yo. Además, en algunos casos la actividad humana regulada ha conseguido recuperar la riqueza y biodiversidad perdida de grandes extensiones naturales.

En Mozambique, durante la guerra civil la población sufrió una gran hambruna y tuvo que recurrir a la caza de animales salvajes para subsistir. Esto llevó casi a la completa extinción de todas las poblaciones de animales, y al terrible impacto para el ecosistema en general. Con la paz, el gobierno mozambiqueño gestionó la creación del Parque transfronterizo del Gran Limpopo, junto con los gobiernos de Sudáfrica, que incorporó el Parque Nacional Kruger y Zimbabwe, con el Parque Nacional Gonarezhou, y formó la mayor reserva natural del planeta donde los turistas pueden moverse con total libertad. Mozambique contribuyó con 3 parques nacionales a lo largo de toda su frontera occidental, en el sur el Parque Nacional Limpopo es actualmente el hábitat de la mayor y mejor población de elefantes africanos del mundo ¿Cuál ha sido su secreto? Los safaris de caza mayor. Solo en la parte surafricana la caza mayor sostiene más de 17,000 empleos y contribuye con 300 millones de euros a la economía local ¡Ojo! No estoy defendiendo la caza desde el punto de vista ético ni emocional, sobre todo porque yo sería incapaz de matar a un bicho, ni muriéndome de hambre. Pero hay que recordar que con estos ingresos se gestiona el mantenimiento del parque, sus ecosistemas y las poblaciones de animales que lo habitan. Y el resultado es innegable, le guste a uno la caza o no.

Y he sacado la caza mayor a colación, porque es una actividad que provoca rechazo, aunque tenga un impacto ambiental positivo. Exactamente igual que los campos de golf, que pueden verse como reservas de elitismo, pero que constituyen, en Europa, zonas que contribuyen a la conservación de las aves en general y de algunas especies avícolas que precisan de especial atención, como constata la organización internacional para la protección de las aves BirdLife.

Caza, golf o esquí pueden ser percibidas como actividades elitistas, practicadas solo por las personas más ricas. Una visión irreal y contaminada por prejuicios y tópicos. En el caso de la estación de esquí de Navacerrada, ya le aseguro yo que no es visitada por las clases más pudientes de Madrid, que pueden pagarse tranquilamente una semana en Zermatt, Suiza. A Navacerrada van miles de niños del programa ‘Madrid Nieve’ para iniciarles en el deporte de invierno y jóvenes de ambos lados de la sierra que no pueden permitirse los forfait de la estación de Valdesquí, a 16 Km hacia el este, y también dentro del Parque Nacional de La Sierra de Guadarrama.

Miles de niños del programa ‘Madrid Nieve’ se inician en el deporte de invierno en la estación de Navacerrada.
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Miles de niños del programa ‘Madrid Nieve’ se inician en el deporte de invierno en la estación de Navacerrada.DIARIO AS

Pero volviendo a lo declarado por el Organismo Autónomo Parques Nacionales, es cierto que el Puerto de Navacerrada es, durante sucesivas ocasiones a lo largo del año, raíz de kilométricos atascos en la carretera y punto de aglomeraciones. Pero culpar de esto al esquí, es desconocer la naturaleza del Puerto y la dinámica de Madrid y su sierra. La estación funciona entre 75 a 90 días al año con una media de 500 esquiadores al día, es decir, 10 autobuses. El problema del Puerto no es el esquí, es tener una ciudad de 6 millones de habitantes con una sierra a menos de 50 minutos en coche y con muy poquitos accesos a esta. El resultado es que miles de madrileños que suben los fines de semana a disfrutar de su naturaleza, conocer la nieve o simplemente dar una vuelta por sus bosques, colapsan el Puerto de Navacerrada, donde hay uno de los pocos aparcamientos accesibles, pero también Cercedilla, Cotos o el puerto de Canencia, que cualquier un fin de semana bueno de primavera  parece Woodstock. Además, en el puerto hay un paso de peatones, que une el aparcamiento con la vertiente occidental, y una rotonda en la intersección de la carretera M-601 y la SG-615. Si a esto unimos el tráfico de moteros y excursionistas que se dirigen a Rascafría o a La Granja en Segovia, el pitote está garantizado. Personalmente, como madrileño de a pie que sube a la montaña, no creo que cerrar la estación de Navacerrada contribuya a reducir la presión de visitantes en el Puerto ni los problemas de tráfico que soporta, aunque sí que aumentará el tráfico hacia Cotos y la presión de esquiadores sobre Valdesquí, en pleno Parque Nacional.

El Puerto de Navacerrada es una estación de esquí que lidia con los mismos impactos ambientales que cualquier otra estación de esquí del mundo. Pero debido a su pequeño tamaño es, probablemente, más fácil de implementar medidas correctoras y preventivas que en los grandes dominios.

Uno es el problema de la innivación artificial con los cañones de nieve que consumen electricidad y agua. Según la estación madrileña, el agua de lluvia se recoge y almacena (en aljibes) por la propia estación para innivar las pistas, y no ha habido ningún año que las temperaturas no hayan producido nieve. Es cierto que estos cañones utilizan productos químicos que permiten congelar la nieve a temperaturas más altas, pero aunque se han realizado estudios sobre estos productos nunca se ha podido detectar impacto sobre la naturaleza. Además, existe la tecnología por la que los cañones usan agua pura y limpia como se realiza actualmente en todas las estaciones de esquí del Tirol austriaco.

El consumo de electricidad también es un problema, pero varias estaciones de esquí ya se han convertido en autosuficientes con bajísimas emisiones de CO2. Vail Resorts, dedicada a los grandes dominios de esquí, es uno de los mayores usuarios corporativos de energía renovable eólica del mundo. La estación de Lech en Austria dispone de una planta de biomasa para producir calor y agua caliente, que junto con su sistema de autobuses gratuitos públicos hace que su huella de carbono sea mínima.

Otro problema que denuncian los ecologistas es el "deshielo retrasado", por el cual, la única nieve que permanece es la de las pistas de esquí y esto afecta a los prados subyacentes y a la fauna que vive en ellos. Pero una vez más, los estudios no han encontrado impactos negativos, sino más bien lo contrario, la falta de nieve en entornos tradicionalmente nevados implica una congelación de la vegetación, mientras que la capa nívea actúa de protección de la flora. Además, existe la posibilidad de restaurar en verano las pistas de esquí mediante el método de “empuje del suelo”, nivelándolo para la práctica del deporte alpino, a la vez que se replanta los pastos superiores tal y como se hace con tepes de césped natural.

Una cosa que aprendí de los franceses cuando yo estaba enfrascado en cosas de Evaluación de Impacto Ambiental, es que ellos, a diferencia de los españoles, incluían los empleos y la calidad de vida de la población autóctona como impactos ambientales positivos. Unos 30 empleos directos y 200 indirectos, además de la vida de los municipios colindantes, dependen de la estación de esquí de Navacerrada, cuyo cierre puede desequilibrar, no solo su forma de vida, sino una economía ya de por sí muy maltrecha por los tiempos que corren,

Tampoco nos olvidemos del carácter histórico de esta estación. Una de las primeras de España, pionera en aplicar muchas de las tecnologías que se han implementado posteriormente, pero sobre todo lugar del nacimiento como deportistas de nuestras dos únicas medallas olímpicas en el esquí alpino: Paquito y Blanca Fernandez Ochoa. Sé que no parece mucho, pero es todo nuestro legado olímpico. No me imagino presentándome en St. Anton, cuna del esquí alpino, donde los niños tienen la escuela a menos de 100 metros del remonte, un poco más lejos el Museo de Esquí donde admirar los más de 91 medallas entre campeonatos mundiales y olímpicos (con solo 2500 habitantes) y anunciarles que se cierra su estación por impacto ambiental. Los austriacos se quedarían con la boca abierta.

No creo que haya que cerrar la estación del Puerto de Navacerrada. Todo lo contrario, creo que hay que potenciarla con dinero público. Creo que se pueden solucionar sus problemas de tráfico y masificación con medidas sostenibles. Creo que se debe financiar no solo su actividad, sino la investigación con el fin de desarrollar medidas de corrección de impacto ambiental que puedan ser aplicadas en todas las estaciones de España. Se debe crear un museo de esquí alpino que motive a los jóvenes esquiadores, un centro de interpretación de naturaleza y hasta un centro de alto rendimiento para las jovencísimas promesas que no puedan desplazarse fuera de Madrid. Creo que Navacerrada es una estación pequeñita y única, y creo que ahí radica su gran potencial.

Y por todo ello suplico a la señora vicepresideta Rivero que no nos la cierre. Que nos de una oportunidad, a los amantes de la nieve y de la naturaleza, de proteger nuestro Parque Nacional de La Sierra de Guadarrama, a la vez que conservamos el legado y las oportunidades de las futuras jóvenes generaciones de esquiadores de Madrid.

Si usted piensa lo mismo que yo, puede contribuir con la iniciativa lanzada por la propia estación de esquí del Puerto de Navacerrada para pedir al gobierno que no cierre la estación  #SalvemosEsquíNavacerrada.