La seguridad en suspenso de Joel y la firma de Moncayola

La desconfianza

La rueda del fútbol siempre ofrece circunstancias paradójicas. Si el Sevilla fue víctima de un jugador (Haaland) en la Champions, el derbi cien en Primera lo ganó gracias al portero rival. Fue superior el Betis, pero la salida interruptus de Joel Robles (30 años) convirtió en insostenible la candidatura del equipo de Pellegrini a lograr un resultado positivo. No hay duda de que la portería verdiblanca lleva demasiado tiempo deprimida. Joel se ha impuesto a Claudio Bravo en este tramo de la temporada sin terminar de resolver sus cuitas fuera del área y ciertas vacilaciones en sus intervenciones. Nunca ha tenido un gran pie —cuarto peor portero en la precisión en los pases en largo con un 34% de éxito— y la forma de jugar del Betis compromete más su debilidad cuando sale de su zona de confort. Solo Sergio Herrera (Osasuna), Dmitrovic (Eibar) y Ter Stegen (Barcelona) promedian mayor distancia recorrida que Joel (15 metros) en sus acciones defensivas lejos de la meta. El estilo de este Betis amenaza las características de Joel.

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Todo va muy deprisa este año, más para el Granada, cuya resistencia heroica merece los máximos elogios. Hay algo de épico en el recorrido del equipo de Diego Martínez, indemne al desaliento, entero pase lo que pase. La ambición ante un desafío histórico se traduce en la osadía de todos y cada uno de sus jugadores. El Granada se impuso a la Real Sociedad con un golpe de fortuna, sí, pero este nunca se hubiera producido de no ser por el intento de remate lejano de Víctor Díaz. No se trata de ninguna casualidad. Es, tras el Valencia, el equipo que más disparos a mayor distancia de la portería rival realiza (17,2 metros de media). El Granada puede porque quiere.

El Granada festeja el gol a la Real Sociedad./AFP

Imponente

La tendencia a exagerar con el talento precoz es recurrente. Jóvenes que empiezan y reúnen las cualidades para ser lo que quieren que sean, pero que no lo son realmente. No es más que un círculo vicioso que muchas veces no considera a otros futbolistas de verdad. Es el caso de Jon Moncayola (22 años), cuya próxima parada es la Eurocopa Sub-21. En 2019, cuando salió cedido al Iruña, no se esperaba una progresión de tal magnitud. Ahora es el motor de Osasuna, un futbolista que da soluciones al compañero, posee un despliegue importantísimo y pasa y se mueve. Su conducta ante el Valladolid resultó irreprochable. Casi perfecto en las entregas—37 buenas de 39 intentadas, un 95% de acierto en un equipo que promedia un 69%—, infranqueable en la medular con sus once recuperaciones. La consagración de Moncayola no admite discusión alguna. Un jugador no es lo que dicen que es, sino que es lo que es.

El final

No remonta el vuelo el Alavés con Abelardo, que deja escapar una y otra vez oportunidades de triunfo que parecían muy próximas. Le sucedió contra el Betis y le volvió a ocurrir contra el Cádiz. Tan cierto es que este Alavés padece graves deficiencias como que está muy penalizado por los errores individuales y la falta de atención competitiva en el último tercio de los partidos. Es de largo el equipo más goleado del 61' al 90', con 24 tantos encajados, el 56% del total que recibe. El pánico a perder lo coarta y el descenso no suele perdonar males de esta índole.