Ahora todo se mira con lupa, pero el VAR andaba en el bar

En esta era en la que con soplar a alguien en el área o rozar la pelota con el padrastro de un dedo te pitan penalti, en Vigo el VAR debía de andar de cañas en el ídem con 'b', es decir, el bar, en la jugada de Muniain con Brais. Cuatro días atrás en una acción igualita, le pitaron penalti a Núñez ante Suárez. Hay contacto, pero en esta ocasión el personal se hizo el avión. De locos.

De todos modos, el empate se puede dar por bueno según los méritos contraídos por Celta y Athletic. Primer partido sin goles en la era Marcelino. Todo un acontecimiento, porque, extendiendo más allá la serie, el Athletic no marcaba en 17 partidos seguidos desde que llegó a 18 en la temporada 2011-12, con Bielsa.

Mejoró el equipo con la entrada de Muniain, en esta ocasión como segundo punta. Hay ya una tradición por parte de los rivales de forrar a patadas a Iker, impedirle que se gire. En parte por eso el equipo rojiblanco estuvo extrañamente impreciso en los últimos metros, ansioso, sobando mucho más la bola que durante estos dos meses con el asturiano y sin ese dinamismo y agilidad en las alforjas de semanas pasadas. Vivió más cerca de Simón que otras veces y no defendió empujando hacia delante. El Celta estuvo bien en defensa y Williams, que se subía al podio de LaLiga en partidos consecutivos, no llegó a activarse en la matinal.