Ambiciones multiplicadas en Nervión

Pocos se atreven a pronosticar favoritismos en un derbi sevillano. Poco importa que uno de los dos equipos se pasee por Champions, atraviese una profunda crisis o incluso flirtee con la zona de descenso. Ocurrió muchas veces. Y en algunas de ellas aparecieron invitados inesperados y triunfos que parecían utópicos. Por ello ni Lopetegui ni Pellegrini tienen en sus manos la receta para salir vencedores esta noche, aunque sí demostraron que son capaces de determinar envites con sus decisiones. El primero firmó un primer año y medio de crecimiento constante en Nervión. El segundo se convirtió en baza salvadora de un Betis que apenas lograba ajustar sus cuentas. Los banquillos se convirtieron en impulso sostenido de dos proyectos que quieren más.

La ambición parece estar presente ahora en los dos bandos. No siempre fue así. Los dos miran a Europa. Y bajo esos objetivos, un derbi. El choque que nunca supuso sólo tres puntos. El duelo que dinamita un estado de ánimo, que deteriora una esperanza o ilumina un camino. El que congela la respiración de una ciudad durante toda una semana. Siempre fue más. Incluso ahora, sin el elemento más importante presente en las gradas. Pero sobre el césped quiere dirimir una cuenta pendiente Ocampos. Fekir tiene otra particular. Canales quiere reinar; En Nesyri, brillar. Hay ingredientes de sobra para otro gran derbi.