De final en final

Este sábado toca sesión de zapeo, tenis a doble pantalla. A partir de las 16:00, en el Golfo Pérsico, dos españoles buscarán el primer título del año: Garbiñe Muguruza frente a Barbora Krejcikova en el WTA 1.000 de Dubái, a través de Teledeporte y DAZN, y Roberto Bautista contra Nikoloz Basilashvili en el ATP 250 de Doha, televisado por #Vamos. Ambos llegan con serias posibilidades de coronarse, como han justificado en los partidos previos. Bautista, que ya ganó este torneo en 2019, ha superado a dos de los tenistas más fuertes del circuito, Dominic Thiem y Andrey Rublev, números cuatro y ocho del mundo, respectivamente. En la final se medirá con Basilashvili, que copó el jueves los titulares tras eliminar al reaparecido Roger Federer, todavía en fase de rodaje.

Garbiñe se presenta, quizá, como la tenista más en forma de la WTA. Y eso merece ya un título. Esta temporada ha jugado mucho y bien: 21 partidos, con un balance de 17 victorias que le sitúan como líder del año en ese concepto. Dubái es su tercera final del curso, después de las que ha perdido en Yarra Valley y Doha ante Ashleigh Barty y Petra Kvitova, por ese orden. En el Open de Australia sucumbió en octavos ante Naomi Osaka, pero puede decirse simbólicamente que allí también jugó la final, aunque anticipada, porque a la postre fue la jugadora que más complicaciones generó a la campeona. Después de un par de campañas confusas, sin evolucionar su juego y sin centrarse emocionalmente, Muguruza va camino de reencontrarse, bajo la tutela de Conchita Martínez. Su actual equipo le hace bien. La hispano-venezolana ya no tiene que demostrar a nadie que puede ganar un Grand Slam o convertirse en número uno, porque ya lo ha hecho, pero sí quiere demostrarse a sí misma que puede volver a conseguirlo. Sus pasos, firmes, van orientados en esa dirección.