Por primera vez en no sé cuánto tiempo ni Cristiano ni Messi están en cuartos de final de la Champions. Todavía son dos jugadores extraordinarios, pero ha aparecido otra pareja con suficiente fuste para apartarles del pedestal: Mbappé y Haaland. Ellos sí siguen adelante, ambos han sido protagonistas (Mbappé más en el partido de ida que en el de vuelta, Haaland en los dos) de la reciente eliminatoria de octavos en la que han hecho víctimas a Barça y Sevilla, respectivamente. El primer caso ha servido para confrontar a Messi y Mbappé y ha ganado éste, en especial por su partidazo en el Camp Nou, donde Messi se evaporó.

Haaland no ha tenido confrontación directa con Cristiano, pero no hace falta. Ahora mismo es el enemigo público número uno. Su juego quizá tenga menos encanto que el de Mbappé, pero no hay quien le frene, porque tiene un físico descomunal y una técnica que no envidia a la de nadie. En esta Champions lleva 10 goles en 8 partidos. La pregunta de moda es cuál preferirías para tu equipo (aún suponemos que el Madrid y el Barça pueden fichar lo que quieran) y cada vez gana más terreno Haaland. Lo que está haciendo con 20 años no lo hacían ni Messi ni Cristiano a esa edad. A los 22 que ahora tiene Mbappé sí hacían ya más que éste hoy.

Como hombre-puente se nos ha ido quedando en el camino Neymar, un genio víctima de sus extravagancias y su comodidad. Irse del Barça al PSG fue un mal movimiento, reflejaba poca ambición deportiva. El arrebato del barcelonismo por recuperarle se ha sustituido por la ambición de tener a Haaland. El madridismo habla algo más de Mbappé, aunque a cada nuevo partido hay deserciones hacia el bando de Haaland. Yo no soy optimista. Madrid y Barça están tiesos. Pasamos años felices con el duelo Messi-Cristiano en nuestro suelo y nos sentimos con derecho a repetirlo con la nueva pareja, pero entre ruina y grúas no lo veo factible.