El hartazgo de Koeman

Ronald Koeman lleva una semana avisando de que él tiene un año más de contrato sea quien sea el presidente que elijan los socios mañana. Lo dijo antes de jugarse ante el Sevilla el pase a la final de la Copa y lo ha vuelto a repetir ya clasificado en la previa del partido ante Osasuna, añadiendo además que está harto de contestar a preguntas sobre su futuro cuando le cuestionaron por la posibilidad de que llegue Xavi Hernández, cuyo nombre ha sido sobado hasta el aburrimiento durante la campaña electoral sin que él dijera esta boca es mía.

Xavi trabajó con Víctor Font en la estructura deportiva, pero como tiene buena relación con Laporta -que es el gran favorito- no se quiere cerrar ninguna puerta y hasta Freixa terminó llamándole para no quedarse atrás. No se tira a la piscina si no hay agua y tiene derecho a ello, pero no está de más recordar que ha sido Koeman el que ha seguido remando entre pirañas y que ha sido una bendición para una institución en las horas más bajas de su historia, que ya es decir.

A la semana de ser presentado como nuevo técnico azulgrana Messi envió un burofax al club. Y a partir de ahí, a escalar el Everest: la moción de censura, la dimisión de Bartomeu, la lesión de Ansu Fati y después la de Piqué sin un euro en la caja para poder fichar a un central que llevaba pidiendo desde que llegó. Y el gestor Tusquets sin convocar elecciones y dando entrevistas para decir que él hubiera vendido a Messi en verano. Sólo en esta última semana, dos días antes del partido de Copa ante el Sevilla, ha sido testigo de cómo los Mossos entraban a registrar el club y detenían a Bartomeu y compañía. Y él, a currar sin hacer un ruido. Mientras, se atrevió a darle galones a Pedri, a cambiar de sistema tras darse cuenta de que no funcionaba y mantener enchufado a un equipo que parecía estar sin latido y con el encefalograma plano. Lo raro es que no se haya hartado antes ya no de Xavi, sino de todo y de todos. Koeman tiene un gran mérito y el que gane mañana las elecciones debería reconocérselo.