Pau Gasol marca sus tiempos

La noticia era conocida desde el sábado, pero faltaba la confirmación oficial, el visto bueno del protagonista para difundir la nueva: Pau Gasol vuelve al Barça. No le gustó al mítico pívot que se filtrara la información antes de tiempo, porque precisamente este retorno tiene mucho que ver con eso, con los tiempos de Gasol, con sus últimos lances en el deporte. Pau se enfadó con el club, porque le hubiera gustado marcar el momento del anuncio, manejar las repercusiones… Pero, ya ven, la cosa tampoco ha ido a más, ni ha torcido el camino. La comunicación tenía que hacerse de forma inminente, porque hoy se cierra el mercado de la Euroliga. Pelillos a la mar. Y adelante con este idilio, un viejo amor, que tiene mucho de romántico, de regreso a casa, de despedida de película…

Pau Gasol no necesita reivindicarse a los 40 años. Podría haber anunciado su retirada y todos le hubiéramos aplaudido con la misma fuerza que el día que regrese a una cancha. Pero no quería ese final. El 10 de marzo cumplirá dos años desde la última vez que compitió con los Bucks, antes de sufrir una fractura en el pie izquierdo que le dejó en el dique seco a una edad problemática. El mejor jugador español de baloncesto de siempre no había imaginado así el cierre de su carrera. Si acaso, el doble campeón de la NBA se había visto en Tokio, quizá con una medalla en el cuello, tal vez con la de oro, al lado de su hermano Marc y de otros compañeros, entre ellos Jorge Garbajosa, ahora presidente federativo. En las fechas originales no hubiera llegado, pero la pandemia aplazó un año los Juegos. Un regalo que aprovechó para marcarse sus tiempos. El anuncio precipitado trastocó el arranque de sus planes, pero sólo un poco. Lo importante era reaparecer en uno de sus equipos del alma, sentirse otra vez profesional, jugar sus quintos Juegos… Y despedirse a lo grande, como merece su figura.