Márquez: lección aprendida

Marc Márquez, además de un pilotazo, es un tipo muy inteligente. Observa, escucha, analiza… y aprende. De los aciertos y también de los errores. Como lo ha hecho en el proceso de recuperación que lleva arrastrando desde julio del pasado año, una temporada perdida por una precipitación en su regreso que ahora ya tiene muy claro que no se repetirá. “Me subí en una moto que no tocaba”, ha explicado el ilerdense a los periodistas tras la presentación del nuevo proyecto del equipo Repsol Honda de MotoGP, asumiendo así que algo falló en ese retorno a destiempo del que prefiere repartir responsabilidades antes que cargar tintas. También así se muestra habilidoso, de poco sirve ya enredar a toro pasado, su obligación es mirar hacia delante tomando buena nota de lo ocurrido para evitarlo en el futuro.

Márquez no estará en los test de Qatar y se verá si en la primera carrera del año en el mismo escenario. Ha evitado hablar de plazos, pero sí ha aclarado circunstancias sobre las que se ha estado especulando durante meses. Un mutismo en torno a su lesión convertido en el caldo de cultivo ideal para opiniones de todo tipo, rumores e incluso bulos. En este caso, su equipo y su entorno también deberían quedar aleccionados, ser conscientes de que la transparencia que el piloto ha exhibido ahora hubiera evitado esos dimes y diretes. Por supuesto que el protagonista marca los plazos, pero una vez definida la estrategia tan solo queda desarrollarla para atajar disparates. Hoy sabemos que no estará en esas pruebas de pretemporada, cuál es su estado físico, cuándo volverá a ver a los médicos, de qué depende su regreso… En definitiva, luz y taquígrafos que para arrojar certezas y despejar dudas. Y todos felices al comprobar que progresa adecuadamente.