Las bajas dan al PSG un pretexto para blindarse
Menos desequilibrio, más solidez. Es indiscutible que las ausencias de Ángel di María y Neymar restan desborde y talento al ataque del PSG, pero seguramente le facilitan la implantación de un esquema con un centrocampista más. Si todos los cracks estuvieran disponibles, la tentación de alinear a los cuatro de entrada (Mbappé, Icardi y los dos ya mencionados) dejaría a la línea medular muy expuesta, sólo con un doble pivote para intentar equilibrar al equipo. Ahora, la recuperación de Verratti, un hombre al que Pochettino considera fundamental, le permite juntar al italiano con Gueye y Leandro Paredes en un 4-3-3 con menos tendencia a partirse por la mitad.
El camaleónico Pochettino. Si un rasgo táctico caracterizó la exitosa estancia de Mauricio Pochettino en el Tottenham, éste fue su capacidad para adaptarse a distintos tipos de partidos y a comportarse de maneras muy diferentes. Nunca era sencillo adivinarle los onces al argentino: a veces jugaba con tres centrales, otras con línea de cuatro; en ocasiones quería mucho el balón y llenaba la medular de finos pasadores y en otras intuía que sus opciones pasaban por defender más atrás y explotar la velocidad de sus hombres rápidos al contragolpe. Desde que está en París aún no tenemos suficientes elementos de juicio como para afirmar que sigue siendo igual de cambiante: en realidad, su superioridad en la liga francesa no le permite plantear ningún encuentro de manera conservadora. Será en Europa donde quizá saque partido de su flexibilidad en la pizarra. Es por ello, y también por las notables ausencias de sus puntas, que no debería sorprendernos una versión del PSG menos atrevida en el Camp Nou.
No quiso perder a nadie más. Aunque la pelea por el título de liga en Francia está mucho más abierta de lo que se podía esperar -de hecho, el PSG es ahora segundo a un punto del Lille-, Pochettino no se arriesgó a perder a más jugadores y optó por reservar a varios titulares en el choque del pasado fin de semana ante el Niza. De este modo, Alessandro Florenzi, al que se espera de inicio en Barcelona, empezó en el banquillo, y Verratti, con molestias, se quedó fuera de la convocatoria. Incluso Sarabia, que debería entrar por Di María en el extremo derecho, fue suplente, probando el técnico argentino una solución nueva en esa demarcación: el italiano Moise Kean. El ex canterano de la Juve anotó el 2-1 definitivo aprovechando una asistencia de Icardi y demostró que, a diferencia de lo que se creía hasta ahora, ambos nueves pueden ser complementarios y caber en el mismo once a la vez. Que los veamos juntos en el Camp Nou no parece ser la opción más probable, aunque la prensa francesa no lo acaba de descartar del todo.
Fuertes por dentro. Marquinhos cometió un grave error en el gol del Niza, pero es el central más fiable del equipo y formará pareja con Kimpembe. Por delante de ellos dos jugarán Paredes y Gueye, por lo que el París podría blindarse por dentro de una manera similar a lo que hizo el Sevilla en la semifinal de Copa.