El colchón de puntos que ha sacado tras su brillante primera vuelta le da a Simeone para plantear los partidos a su gusto. Aunque no es sencillo preparar un choque cuando pierdes dos jugadores el día del partido por Covid, el guion estaba cantado. El Celta llevaría el peso y el Atleti esperaría agazapado sus bazas. El Cholo insistió de principio con su 1-5-3-2, pero tuvo que cambiarlo al descanso porque su funcionamiento fue errático en la primera parte.

En ese esquema llamó la atención la falta de confianza que evidenciaron Felipe y Lodi. Los llamados a ser el central y el lateral izquierdo de Brasil no atraviesan su mejor momento. Nada tiene que ver su estado con el que alcanzaron la pasada campaña. Seguro que el Cholo recuperará su mejor versión. Con la salida de Felipe y la entrada de Torreira, Simeone volvió a su clásico 1-4-4-2. Y de repente Lodi se pareció al mejor Lodi al asistir con enorme categoría a Suárez el segundo gol. Igual que Llorente (¡de carrilero no!) había dado al uruguayo el primero desde la otra banda la única vez que atacó en la primera mitad. Pero con Luis Suárez en el campo da igual el sistema que utilices. El uruguayo es un pistolero del lejano oeste. Y cada vez que desenfunda, mete un balazo entre ceja y ceja a una Liga que al Atleti es difícil que se le escape. El empate final del Celta dejó fríos a los colchoneros. Pero hay colchón.