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Dimata, entre la fe y el big data

Mientras le daba vueltas al fichaje de Dimata, me topé con los siguientes tuits del que fuera secretario técnico del Espanyol Ángel Gómez. "Muchos me preguntáis por #Dimata , todos conocéis sus características, así que, por ahí pocas dudas habrá. Sin embargo, entiendo que todos los fichajes conllevan un riesgo, el cual hay que intentar minimizar, más en el mercado de invierno (...) Ya que no hay tiempo para adaptarse. Por ello, pondría como factores determinantes que tuviera experiencia en el futbol español, que conozca el idioma, y que fisicamente esté al 100%. Quizás esta incorporación conlleve un % de riesgo muy elevado. Veremos".

Coincido con él palabra por palabra, dio forma a lo que me rondaba por la mente en un día de asueto, tumbado en el sofá viendo como el Levante se colaba en unas semifinales de Copa y el Granada le hacía sudar al Barcelona. Dos clubes menos históricos que el Espanyol que disfrutan de años de alegría. Dos clubes que también estaban en Segunda no hace demasiado, y que han sabido darle la vuelta a sus trayectorias con un acierto indiscutible de su secretaría técnica a la hora de escoger a los futbolistas y al entrenador.

No hay dudas del nivel de Dimata. Robert Martínez, seleccionador belga, lo atestiguó en esta web ("antes de la lesión era futuro de nivel muy alto, los pasos eran claros. Llegar con Bélgica y buscar minutos como nueve. Ahora es difícil. Necesita paciencia"). Estamos ante uno de los talentos del creciente fútbol belga, un delantero por quien en su día ya se pagaron 15 millones, pero al que le rodean unas circunstancias especiales, como las del Espanyol. El equipo perico no necesita ahora mismo esa "paciencia", sino más bien requiere su antónimo, rendir cuanto antes para regresar a Primera y evitar la tortura psicológica del playoff de ascenso.

El fichaje de Dimata ha sido como lanzar una moneda al aire. Ojalá salga cara y el jugador no pague los cambios en las rutinas de entrenamiento y su falta de ritmo competitivo (57 minutos jugados desde noviembre). Ojalá el Espanyol no solo adquiera un futbolista para cuatro meses, sino que cuaje y arraigue para que vuelva a ser una gran promesa del fútbol belga. Pero, como dice Gómez, el riesgo es "muy elevado". Un fichaje que se sale de los prototipos habituales de las direcciones deportivas modernas, basadas en el big data y en el encaje del futbolista en el modelo de cada equipo, y se ciñe más a la fe y la esperanza.