El Ajax de Madrid
Cada vez que juega el Real Madrid dan ganas de marcarse un Javier Marías. Ya saben, martillear el teclado a base de "¡estúpidos!", "¡idiotas!" y ametrallar peticiones de dimisión. Algunos, como los norcoreanos que representan los valores del club en Real Madrid TV, se consuelan zurrando al árbitro. A mí eso me parece propio de otros equipos, más acostumbrados a perder. Solo la terapia de los 11 cabrones de Toshack me alivia. Saber que hoy lunes no vale ninguno y que el viernes me volveré a ilusionar sin remedio. Estoy vacunado de siestas decepcionantes pero no puedo evitar la expectativa cada jornada. Hoy Hazard sí, ya verás… y plof.
Así ha sido media temporada y así será lo que falta porque alguien ha decidido que somos el Ajax de Madrid y Zidane, maestro administrador de egos de estrellas, es decir, perfecto entrenador para Chamartín toda la vida, es el Louis Van Gaal de los 90. El que arrasó la Castellana con un equipo de niños de 20 años (Kluivert, Davids, Finidi, Reiziger, Overmars…). Vinicius y Militao no habían nacido pero yo me acuerdo de la resaca de ese repaso, las voces que pedían una estrategia de jóvenes como hacía el Ajax y la inmediata lógica respuesta de los que alertaban de que el Madrid no espera a generaciones de jóvenes, que aquí se viene a ganar todo el rato y a todas horas.
Zidane no estrenará la lata de sardinas, como llama Alfredo Relaño al nuevo Bernabéu. Está sentenciado por la vieja estrategia de siempre. Como no puedo echar a los que he fichado por error, me cargo al entrenador. Al ser un mito del club, hay que aplicar una muerte por goteo. Que si mira Jovic, que Brahim era Maradona, Odegaard y Ceballos están en el exilio… y zas, la guadaña de Lopetegui: "Agradecidos por los servicios al club…". El Ajax de los 90 llevaba dos décadas sembrando y se pasó otras dos hasta que crecieron De Jong y De Ligt. Vendieron por millonadas, compraron por nada. Militao, Odriozola, Rodrygo, Jovic y Vinicius costaron 250 millones.