¿Por qué un equipo como el Barça no puede ser campeón? Muchos responderán a esta estúpida pregunta con idéntica estupidez: por la distancia con el líder de la tabla. Pero esa no es la causa sino la consecuencia de que a la plantilla le falten dos cosas: líderes y capacidad competitiva. Todos los grandes equipos disponen de grandes jugadores, pero no todos ellos tienen el ascendiente necesario sobre sus compañeros como lo han tenido los grandes capitanes como Puyol, Casillas, Ramos, Hierro, Simeone, Maldini, Baresi, etc.

No es lo mismo ser uno de los cracks del equipo que tener jerarquía o autoridad. El Barça carece de ella. En los años de la era Messi en los que los culés dominaron en España y en Europa, la plantilla siempre dispuso de algunos nombres que no solo se sabían los mejores sino que tenían, además, una enorme influencia en el equipo. Hablamos de jugadores como el mismo Puyol, pero también otros como Rafa Márquez, Edmilson, Mascherano, Xavi. A esto se sumaba la capacidad de algunos grandes jugadores que sin ser los líderes espirituales del grupo, eran unas bestias competitivas, puros cancheros que sabían contagiar al equipo. Hablo de Deco, Dani Alves, Suárez o Alba y luego, por supuesto, de los cracks que han ido pasando por la plantilla y que ya no están o están en declive.

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Todo eso rodeaba a Messi y hacía de este equipo lo que era: un rodillo. Hoy en día la mayoría de los jugadores son tan jóvenes que no han tenido tiempo de acumular galones ni de desarrollar la capacidad competitiva que solo te dan los años. Falta peso y eso solo lo da la calidad junto a la experiencia. El Barça es un equipo liviano, incapaz de imponer emocionalmente. Un equipo tan endeble mentalmente no puede alcanzar sus metas. Si a eso le sumas la irregularidad y el declive de algunos cracks el resultado es el que es. O se ficha liderazgo y experiencia o la transición será muy larga y, sin Messi, ya han visto ustedes el futuro que espera: Cornellà y Elche nos han dado claras muestras de ello.