Felicidad desde las campas de Lamiako

Asier Villalibre, 23 años, ha sido el personaje de la semana en el fútbol español. Héroe del Athletic Club con su gol sobre la hora al Barça que llevó a la prórroga la final de la Supercopa, y protagonista involuntario de la frustración de Messi que se tomó con simpática naturalidad la acción del argentino ("se ha enfadado"), su imagen con la trompeta celebrando el título con sus compañeros en La Cartuja se convirtió en viral. Desde todo el mundo han llovido peticiones de entrevistas y reportajes en Ibaigane para un club de idiosincrasia singular. A nivel global, ganarle un título en cuatro días a Madrid y Barça es un bombazo.

Pero convendría no confundirse. Villalibre no es trompetista. Es un chico algo introvertido que se ha trabajado su carrera. Internacional en categorías inferiores, la anterior comisión deportiva del Athletic, encabezada por Amorrortu, decidió cederlo al Valladolid en 2017. No fue una idea feliz porque allí Villalibre se chocó con el mejor Jaime Mata. El Búfalo de Gernika terminó la temporada cedido en Lorca. Algo desanimado, Villalibre se planteó su futuro en el club. Fue cuando el presidente, Aitor Elizegi, jugó un rol decisivo y le hizo ver que el Athletic le consideraba un jugador importante para el futuro. Villalibre terminó renovando.

El Athletic no quiere que se distorsione la imagen de Villalibre. Si ha sacado la trompeta, es porque valió la pena. Sólo lo ha hecho tres veces. La primera, en Granada, cuando Yuri le metió en la final de Copa. La segunda, muy íntimamente, para llamar al vestuario a la vuelta a los entrenamientos tras el confinamiento. Y el otro día en Sevilla. El club no quiere que la anécdota se convierta en noticia. Villalibre es futbolista y, además, con un papel relevante en el futuro del Athletic.

La trompeta de Villalibre no es el único instrumento que viajó en el chárter a Sevilla. De Marcos, Balenziaga y Mikel Vesga bajaron sus guitarras y Dani García, su batería. Los cuatro, junto a Lekue y Villalibre, bajos, han fundado Orsai y regalaron a sus compañeros un concierto en el Barceló Renacimiento para celebrar la Supercopa.

Orsai ha tocado la fibra sensible de los athletizales. Primero, una foto en las campas de Lamiako, el lugar donde empezó a jugarse al fútbol en Bilbao. Y luego, con una canción, One Club Men, que homenajea una manera única de sentir un club. Como escribió uno de los grandes one club man, Carles Puyol, después de la final de Sevilla, "si tenemos que perder, que sea contra vosotros".