NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Enero, mes para la ambición o para el suplicio

Valladolid

Pensará alguien que lea estas líneas que no hay que precipitarse, que pase lo que pase en los próximos 15 días, al Real Valladolid le quedará margen para arreglar cualquier entuerto o para meterse en alguno. Y sin embargo, aun siendo así, el arriba firmante cree que este mes de enero puede acabar determinando la salud del equipo para lo que resta de temporada; si esta acaba convirtiéndose en algo parecido a un suplicio o si invita al optimismo.

Las bajas que asolan al equipo de Sergio González (que podrían superar la decena de cara al partido de Copa del Rey del sábado) no parecen ser muy halagüeñas, pero tampoco han de servir como excusa en el camino de los blanquivioletas. El directo del fútbol del que habla a menudo el entrenador ha provocado una situación a todas luces indeseada, pero con la que se puede -y debe- combatir. Por delante quedan dos partidos contra rivales metidos en descenso y un tercero de la misma 'Liga'. Elche, Levante y Huesca serán la vara de medir.

En cada comparecencia, el técnico extrema el respeto y las cautelas frente a cualquier equipo que se le ponga por delante. No por emitir un mensaje más contundente el Pucela ganará partidos, pero la sensación de más de uno y de dos fue que poner la venda antes de la herida pudo atenazar ante Barcelona y Valencia. Tras caer ante los ches, el propio Sergio indicó que cuando más tranquilos están, se paran. Esta tendencia debe ser cambiada a la mayor celeridad posible, pues en el juego de la ruleta rusa uno no siempre tiene fortuna.

Las tres jornadas que afrontará el Real Valladolid en tres días deben servir de impulso; en primer lugar, para acabar la primera vuelta con 21 puntos, arreglando así el pobre inicio de curso, y después, a poder ser, para intentar coger aire. Sumar siete de nueve suena ambicioso, pero también realista en medio de una Liga en la que Real Madrid y Barcelona son el ejemplo de que por una vez cualquiera puede ganar a cualquiera. Al mismo tiempo, la Copa del Rey debería ser una obligación incluso pese a las bajas. Alcanzar aquellos guarismos en Liga y soñar con avanzar las dos rondas suena idílico, ¿verdad?