Málaga también tiene un color especial
Zidane y sus hombres han recuperado en Málaga la sonrisa extraviada en Pamplona por culpa del retraso aéreo de Barajas y el mal partido de El Sadar. En Málaga se han encontrado diez grados más, ni rastro de la nieve y un sol invernal que sabe a gloria. Y el calor de la afición, algo que se había extraviado durante meses por culpa del maldito coronavirus. Daba gusto ver a Sergio Ramos en el entrenamiento celebrado en el estadio de atletismo Ciudad de Málaga con decenas de aficionados jaleando sus lanzamientos de falta, ubicados tras las vallas del recinto. Fue un emotivo viaje en el tiempo, con la gente mirando entre las rejas a sus ídolos, festejando cualquier regate, control orientado o golpeo a la escuadra. Ramos fue muy empático e interactuó con ellos dedicándoles varios de sus golazos. "¡Por fin con nuestra afición!".
Por eso creo que el cambio climático de la capital de la Costa del Sol va a trasladarse al juego del equipo. Zidane ya vio el año pasado en Arabia Saudí (ayer mismo se cumplió un año del triunfo en la Supercopa ante el Atleti) cómo su equipo despejaba las dudas con dos partidazos ante el Valencia y la soldadesca del Cholo. Zizou está a 180 minutos de levantar la 12ª Supercopa del Madrid, que también sería la 12ª suya particular. Miguel Muñoz, legendario, necesitó casi tres lustros para firmar sus 14 conquistas. Zinedine va a otra velocidad de crucero. No llega como favorito el equipo por sus problemas con el gol. Pero ojo que es el Madrid, que es Málaga...