Raúl, mírate en el espejo de Zidane
Raúl debe tener paciencia y saber esperar su momento. En el espejo de su carrera como entrenador debería poner una fotografía de Zidane. El francés estaba en una situación muy similar y supo decir 'oui' con una sonrisa a Florentino cuando le llamó a filas tras la destitución inevitable de Rafa Benítez. No digo que Raúl esté esperando un despido futuro de Zizou para ocupar su puesto, sino que tenga siempre en la cabeza todo lo concerniente al primer equipo para consumar su ascenso cuando todo esté preparado para el relevo.
Por si alguien tenía dudas de cómo sería el Raúl entrenador, que coja los vídeos de su Real Madrid Juvenil (suplió a Dani Poyatos tras la marcha de este al Panathinaikos) en la Youth League del pasado verano. Acabó con rivales teóricamente superiores, notándose su mano en los movimientos de los chicos y en la ambición en las acciones de ataque. Raúl ganó tres Champions como jugador, marcando en las finales de París y Glasgow, y también conquistó el trono de Europa con los Juveniles. Eso no es casualidad.
El gran reto que tiene ahora por delante el eterno Siete es consumar ese ansiado ascenso del Castilla a Segunda, que se viene resistiendo desde el año en que los Morata, Lucas Vázquez, Jesé, Carvajal y Nacho lo lograron ante el Cádiz. Raúl sabe que si el Castilla juega en la categoría de plata se facilitará mucho el progreso de los jóvenes talentos para que den el salto al primer equipo con más facilidad y mejor preparación. Y el día que le toque sentarse en el banquillo del Bernabéu no le temblará la mano. Ese es su jardín en el que sembró ilusión y madridismo durante 16 años. Raúl es el hombre.