Un desierto sorprendente

Los que leyeron este mismo diario el año pasado, quizá recuerden lo difícil que es conocer un país desde la ventanilla de un avión. Así lo hacemos la mayoría de los periodistas que estamos en la carrera (este año, por desgracia, muy pocos). Algunas veces, existe la opción de hacer los trayectos en un coche de la organización acompañando a la etapa, pero solo pueden disfrutarlo algunos afortunados. Al resto nos toca hacerlo desde el aire y cuando el sueño te permite abrir los ojos. Pues, aun así, el gigantesco desierto de Arabia Saudí sorprende cada vez que lo contemplas.

Ayer nos lo volvió a recordar cuando íbamos rumbo a Wadi Al Dawasir, una localidad al sur del país en medio de una nada de arena. Un hipnótico mar de dunas del que no se atisba el horizonte, salpicado en algunas zonas por unos extraños círculos. Son cultivos y tienen esa forma por el tipo de riego que utilizan. Los hay en todo el mundo, pero llama la atención verlos ahí, como tantas otras cosas por aquí. Si ven imágenes y vídeos del Dakar, sabrán de lo que hablamos. Mientras, esperaremos la siguiente oportunidad para sorprendernos con otro vistazo...