Zidane ya no se fía ni de su sombra

Tiene fama Zidane de buen encajador. O al menos, para mí lo es. De otra manera es difícil de explicar que cuando la cosa se pone fea, esta temporada al límite de quedar eliminado en la Champions y perdiendo ante equipos débiles como Cádiz o Alavés en Liga, no levantara ni una ceja cuando se filtró el mensaje desde la directiva de que si no ganaba la secuencia de partidos ante Sevilla, Gladbach y Atlético, iba a ser destituido. Él, que tanto ha ganado en el Madrid y que acudió al rescate de Florentino cuando Lopetegui le salió rana.

Ni siquiera era esta una situación nueva para el francés, que un par de temporadas antes tuvo que escuchar el runrún de Mourinho, también filtrado desde la cúpula, cuando el equipo no pitaba. Zidane no levantará la ceja, eso era cosa de Ancelotti, pero tampoco tiene piel de cocodrilo y todo lo que ha vivido se refleja en su modo de actuación.

Y en esas anda el bueno del francés, recluido en su guardia pretoriana, en los hombres que tanto le han hecho ganar, los Carvajal, Ramos, Varane, Casemiro, Modric, Kroos y Benzema. Porque Cristiano ya no está. Y eso es exclusivamente lo que le pasa al Madrid, que con él se fue el gol. Ya es una especie de tic para Zizou. Si el partido va mal ni siquiera mira al banquillo. Ante el Elche, con empate y cinco cambios disponibles, no dio entrada a Hazard y Valverde hasta en 75. Y a Vinicius hasta el 85…

Sabe bien Zidane lo que hay detrás de su guardia pretoriana… Poco (y eso incluye, por mala suerte o lo que sea, a Hazard), o nada. Y hombres como Odegaard, Mariano, Jovic u Odriozola han caído en el más absoluto olvido. Porque el técnico ya no se fía ni de su sombra. Esos tiempos de la Unidad B son cosa del pasado. Eran cosa, mejor dicho, de Morata, Varane, James, el mejor Isco o Lucas Vázquez… casi nada. A ver lo que le aguanta (en el físico) ese viejo esqueleto de dinosaurio que sigue con ganas de hacer historia y con el que el francés parece decidido a jugarse el todo o nada esta atípica temporada sin público en la grada ni fichajes en la plantilla.