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Koeman y el cambio del minuto 79

Rarezas. Una de las grandes virtudes de los entrenadores, por eso es un oficio, es que ven cosas que, a ojos de un espectador medio, resultan indetectables. Y hasta incomprensibles. Con 2-2 ante el Valencia, Koeman decidió en el minuto 79 quitar a Coutinho y sacar a Lenglet. El cambio no sólo resultaba familiar, es que lo era. El pasado miércoles, asfixiado por la Real, Koeman había metido a Lenglet... en el minuto 79. No parece Koeman un entrenador amante de la cábala. Pero cosas raras también hace. En el fondo, lo de Lenglet es un detalle algo artificial. La foto general del partido del Barça es más preocupante porque es un reflejo de sus actuales días. Un equipo que no sabe si viene o va, si aún juega a tocarla y a entregarse a Messi, o si le mete más vértigo a su fútbol y reparte más los roles principales. El resultado, al menos por ahora, es preocupante. Porque se queda en tierra de nadie. No gobierna los partidos, pero tampoco manda en el intercambio de golpes. No es claro en el juego estático, ni tampoco brillante al contragolpe. Un rato muerde y otro se asusta y acumula jugadores atrás. Un día juega 4-2-3-1, con Pedri de pivote, y parece entregado al fútbol ofensivo; y otro acaba con tres centrales. No es camaleónico, es peligrosamente bipolar. Duros tiempos de recesión.

Síntomas. Hay varios males localizados en el Barça. No tiene líderes en el campo y necesitará tiempo para que Araújo, De Jong o Pedri adquieran ese estatus. Pero tiene más. Cuando, a la marcha de Neymar, dejó de ser un equipo exuberante, adquirió una virtud que no era poca cosa. La fiabilidad. No era el Barça vibrante de antes, pero firmaba victorias como quien ficha en la fábrica. Fueron las Ligas de Valverde. Pero eso también se esfumó. Ahora, ganar tres partidos, aunque sean en su campo, le parece un Everest. Y clama al cielo que necesita refuerzos, en plural, para la segunda parte de la temporada, pero cuando el futuro presidente abra la caja fuerte el 24 de enero puede encontrarse cualquier cosa.

Lo siguiente. Lo bueno de la campaña electoral es que lo del Valencia se olvidará hoy mismo. Hay cosas más importantes barajándose y la próxima semana va a empezar a descargarse munición. El próximo tema de discusión apunta a la entrevista a Messi que Jordi Évole emitirá próximamente. “Igual no hay que esperar tanto para saber si va a renovar”, deslizan voces electorales. El divorcio de Messi con los libres directos, por cierto, es otra de las rarezas que envuelven a este Barça. Como ese misterioso cambio de Lenglet cada minuto 79.