Potencial y ruido

Pese a alcanzar en Lisboa la ronda más avanzada de la historia del club en la Champions -la final y el subcampeonato-, el PSG no ha conseguido acabar con el ruido y la inestabilidad. Su entrenador Thomas Tuchel sigue estando discutido -más si tenemos en cuenta que perdió el domingo contra el Lyon y el conjunto parisino ya no ocupa la primera posición de la tabla en la liga francesa- y nadie se atrevería a asegurar que se sentará en el banquillo en la eliminatoria frente al Barcelona. Su mala relación con Leonardo, director deportivo de la entidad, es el principal foco de tensión, pero tampoco han ayudado algunas decisiones tácticas que no se han acabado de comprender, como seguir usando a Marquinhos como medio centro o retrasar a la posición de central al jugador contratado para acabar con el eterno problema del pivote, el portugués Danilo Pereira.

Neymar es decisivo. La lesión de Neymar agrega aún más incertidumbre, especialmente viendo cómo se echó el equipo a la espalda en los partidos decisivos de una liguilla de la Champions en la que la eliminación se vio cerca -especialmente en la penúltima jornada en Manchester, cuando el United perdonó varias ocasiones claras con 1-1-. Pero el técnico alemán cuenta con más alternativas que nunca y, sobre todo, con un equipo mucho más maduro que el que perdió por 6-1 en el Camp Nou en 2017. Los parisinos acumulan mucho más bagaje europeo que entonces y disponen de más figuras de escala internacional.

Neymar, la estrella del PSG

Variaciones en el sistema. Tácticamente, Tuchel le está dando vueltas a varios sistemas. En liga francesa se atreve a jugar con un 4-4-2 en el que coinciden Mbappé, Neymar, Di María y un Moise Kean que está dando en París el rendimiento que se esperaba de él cuando emergió como un fenómeno precoz en la Juventus y uno muy superior al que le condenó a la suplencia en el Everton. En Europa es raro que salga con este esquema con cuatro atacantes y suele disponer a un hombre más en el medio, sacrificando a su nueve puro y situando como jugador más adelantado a Mbappé. Incluso a veces ha probado con tres centrales y dos carrileros largos. Esa rotación continua se ha interpretado como un síntoma de que el preparador alemán no ha acabado de encontrar una estructura perfecta para definir de manera sostenida a su equipo, pero también puede verse como una riqueza que le permite adaptarse a distintas situaciones según el partido que afronten.

La estrella: Neymar

Ya sea con libertad por detrás del punta o partiendo desde la izquierda para acabar dentro, el brasileño es el generador de juego del equipo. Está a un nivel altísimo y se puede decir que evitó la eliminación parisina en la fase de grupos con actuaciones portentosas y seis goles en las tres últimas jornadas.